Nuevos nichos de empleo en el mundo rural

Comisión de Desarrollo Rural, eficiencias y sinergias agroforestales.

En el marco de un proyecto de la Fundacion Miguel Escalera se ha creado una Comisión Piloto de Desarrollo Rural. Su objetivo es elaborar un informe para procurar impulsar y desarrollar los empleos verdes e identificar estrategias de participacion para el sindicato ante el escenario que plantean los planes de zona y la reciente Ley 45/2007 de desarrollo rural sostenible.

La comisión está integrada por un miembro del patronato de Forem, Fundación Formación y Empleo Miguel Escalera confederal, miembros de la secreíia confederal de Medio Ambiente de CCOO, Uniones Regionales de Extremadura, Castilla y León y Andalucía y la Federación Agroalimentaria de CC.OO. El objetivo es analizar el potencial de participación del sindicato y aprovechar para aplicar los principios de una transición justa en el medio rural, así como realizar una experiencia piloto de formación sindical para participar en las diferentes mesas y foros de planificación que se están generando en las diferentes comunidades autónomas.

La actual coyuntura económica y social tiene necesidades y retos que cada vez parecen más complejos e inalcanzables. Simultáneamente, precisamos reducir la dependencia del petróleo (y mejorar el déficit en la balanza comercial), reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (luchar contra el cambio climático), generar empleo y hacerlo sin suponer un sobrecoste para los presupuestos públicos o el consumo de las familias. Demasiadas condiciones y aparentemente contradictorias desde los enfoques convencionales del keynesianismo o del liberalismo. Manfred Max- Neef denomina satisfactores sinérgicos a las acciones que permiten abordar varios objetivos o necesidades simultáneamente. ¿Hay algun tipo de actuaciones que permitirían resolver al mismo tiempo estos retos o necesidades de acción sin aumentar los costes, o amortizando las inversiones iniciales en términos de mercado? El pensamiento creativo y sinárgico se pone a funcionar sobre la base de simular los procesos naturales y los ecosistemas más estables.

Los estudios que ha realizado el Programa de las Naciones Unidas y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2009, y el Observatorio de la Sostenibilidad de España (OSE) en 2010, realizan un diagnóstico y plantean proyecciones de crecimiento de los empleos verdes. Los informes del PNUMA y el OSE parten de un mismo enfoque metodológico: revisar los empleos ya generados por sectores, atendiendo a determinadas producciones y extrapolando las posibilidades de crecimiento de la demanda y las consiguientes y proporcionales posibilidades de generar nuevos empleos.

¿Son posibles actuaciones que no supongan un mayor coste público o privado, que reduzcan la dependencia del petróleo y sustituyan importaciones, y que reduzcan emisiones de gases de efecto invernadero? Hay algunos casos de nichos de actividad que cumplen estas cuatro condiciones y que responden al papel de áreas sinérgicas. Se trata de nichos de empleo que necesitan, no obstante, un impulso inicial, una fase de concentración de esfuerzos y un despegue con crecimiento lineal, pero que transcurrido un tiempo tenderá a experimentar lo que se conoce como tiping point: la tendencia a la exponencialidad a partir de cierto punto crítico.

El acompañamiento de la primera fase hasta el despegue tiene que ser respaldado desde la demanda o la inteligencia pública, formulada desde escenarios de amortización concretos. El método de cálculo del potencial de empleo que aplicamos no se fundamenta en proyecciones sobre el empleo ya generado, sino sobre las posibilidades de incentivar la sustitución de los insumos convencionales (convencionales en las familias o en las empresas). Al pretender actuar sobre la sustitución de consumos por otros productos que con el mismo precio (como exigencia básica mínima) puedan contribuir a resolver simultáneamente el resto de retos. ¿Es esto posible? El ejercicio merece la pena porque estimula la creatividad, algo que falta para reactivar la economía y el crecimiento.

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Mejor si la gestión es local

Las fórmulas de eficiencia se mejoran si además se gestionan de modo local. Los costes y los impactos del desplazamiento de los residuos, sean para compostar o para quemar, es la principal debilidad de estas redes de valorizacion de residuos urbanos, agrarios, y forestales. A menor radio logístico de los residuos y de los mercados, mayor viabilidad tienen estos. Activar la demanda local es una de las mejores inversiones posibles, porque sustituirá importaciones generando un flujo de riqueza que activara empleos locales con mayor eficiencia energética.

Los mercados locales o comarcales de calor para calefaccion o de compost para sustituir los fertilizantes inorgánicos constituyen un alto potencial sinérgico que requieren inteligencia para gestionar de otro modo los recursos que ya disponemos, sustituyendo simultáneamente fertilizantes y gas. El aumento del consumo interno es un factor de la máxima eficiencia económica. Compárese con una localidad que en lugar de comprar el combustible para sus vehículos fuera capaz de producirlo dentro de la propia localidad. La renta disponible para consumo aumentaría en proporción directa al porcentaje de gasto que supone para las familias o empresarios. Los fertilizantes suponen en torno al 15-20% de la estructura de costes agrarios, la calefacción en la zona centro y norte peninsular puede suponer un 10% de la renta familiar. La cuantificación del incremento e impacto del PIB bruto que se podría esperar sería por lo tanto alta, y no inferior al 5% del PIB local. El efecto del aumento del capital circulante dentro de la comunidad supondría una inyección varias veces superior a todas las ayudas que llegasen de los fondos estructurales. El efecto de satisfactores sinérgicos que planteamos debe incorporarse a los planes de zona que se diseñan en el marco de la Ley 45/2007 de desarrollo rural sostenible y uno de los escenarios que la reforma de la PAC en 2013 debe contemplar y fomentar.

Este tipo de propuestas con enfoque de satisfactores sinérgicos son algunas de las que estamos trabajando, cuantificando y modelizando para poderse defenderlas desde los foros de participación que se abren para el sindicato a partir de la implementación de los planes de zona previstos en la Ley.

La Comisión Piloto de Desarrollo Rural se centra en diseñar y aplicar casos concretos y experiencias viables que alumbren de modo práctico el profundo objetivo de una transición justa aplicada en el medio rural, adaptada a las condiciones de escasez de recursos públicos. Para este tipo de transición no se precisa tanto dinero público como inteligencia colectiva. Esta será una de las claves de los procesos de transición.

Empleo, compost y sistemas de calefacción

Veamos dos lineas de actividad que permiten vislumbrar, desde una teoría que ya cuenta con casos prácticos, este escenario.

  • Compost. El compost puede permitir reducir el consumo de fertilizantes muy dependientes del petróleo y de las importaciones, y al tiempo fijar carbono. El suelo es mayor sumidero de carbono que la biomasa arborea en muchas latitudes y ecosistemas como los mediterráneos. El compost se realiza con residuos orgánicos que pueden ser urbanos, agroganaderos y/o forestales. Una producción de unas 7.000 toneladas anuales (equivalente a lo producido en una población de unos 20.000 habitantes) puede generar dos empleos y permitir la sustitución de entre 100.000 a 300.000 litros de combustible para generar el equivalente en potencial de fertilización a lo necesario para 1.000 a 3.000 ha. Esto permite absorber a 60.000 toneledas equivalentes de carbono en el suelo, mejorando su estructura y la resistencia a plagas y enfermedades de los cultivos. El compost hace posible penetrar en una dinámica de retroalimentación muy positiva ambientalmente: los residuos se convierten en insumos agrarios generando empleo. Para generar este punto de inflexión cualitativa es clave que se separen los residuos orgánicos domésticos y se concentren otros residuos no lignificados agrarios o forestales y estiércoles. Además, es preciso estimular la aplicación y la compra de compost por parte de los agricultores, por ejemplo mediante un bono en compost por tonelada de residuos aportados. Este bono de ayuda a la compra de compost es una de las propuestas de incentivación de la oferta y demanda que podría recoger la reforma de la PAC. La ayuda equivaldría a un ahorro en compra del crudo necesario en la fabricación de los fertilizantes convencionales, de 100 o 200 euros por tonelada de compost.
  • Sistemas centrales de calefacción central municipal o de barrio. Los restos de desbroces y materiales más lignificados agrícolas o forestales tienen un difícil compostaje y un fácil aprovechamiento como combustible mediante un sencillo astillado y, previo a su quema, una adecuada conservación en seco. La máxima eficiencia de la biomasa se obtiene en sistemas térmicos, más que en las plantas de producción eléctrica, aunque éstas son las que han sido prioritarias en los planes nacionales de fomento de la biomasa ya ejecutados. El aprovechamiento calórico de la biomasa para calefacciones centralizadas funciona con excelentes resultados en numerosos municipios rurales. El mercado ha identificado el nicho. Son varias las empresas que ofrecen a los ayuntamientos abaratar el coste de calefacción de las viviendas, eliminar calderas de gas o gasóleo, y centralizar la gestión cobrando por el calor consumido y comprometiéndose a mantener el precio por caloría producida. El equipo de calefacción centralizada puede tener otro secundario de hasta 3 kilómetros de distribución sin perder eficiencia y puede abastecer entre 1.000 y 2.000 personas. Si en lugar de comprar la astilla se pone a disposición del sistema los residuos de maderas y podas de la localidad, se activa la valorización y el mercado de residuos. La eficiencia local en materia de empleo y soberanía energética de estos sistemas es exponencial. Veamos algunas cifras: 200 familias con un gasto de 500 euros anuales en calefacción (viviendas unifamiliares) podrían generar sin aumento de coste una facturacion de 100.000 euros anuales, lo que permite una amortización de las calderas y conducciones en 3-5 años, y reducir en más de 1.000 tn las emisiones de gases de efecto invernadero. Por su parte, los ayuntamientos facilitan las instalaciones o terrenos para equipar calderas y almacenes, y pueden subcontratar el mantenimiento o hacer una gestión directa del servicio.

La gestión conjunta en las mismas instalaciones de plantas de compost y de calderas es una posibilidad que no requeriría más de 3000 m2 para abastecer de calor y gestionar residuos (con accesos separados) para una población de 1.500 habitantes.

Ambas líneas de trabajo, el compost y los sistemas de calefacción, precisan de una especial capacidad de concertación, porque implican a demasiados actores diferentes: ayuntamientos que disponen de suelo, vecinos que estén dispuestos a implantar el sistema de calefacción y/o a mejorar la calidad de los residuos orgánicos, agricultores dispuestos a emplear compost en sus cultivos, etc. El activar e implicar simultaneamente a estos diferentes actores constituye un claro caso de inteligencia colectiva. Este enfoque de satisfactores sinérgicos, una vez identificado, precisa dos condiciones básicas para su despliegue: un especial ingenio y compromiso por parte de diferentes gestores públicos y una especial coordinación y compromiso compartido para apoyarlo desde los agentes económicos y sociales locales.

José Gallo
Responsable de Medio Ambiente de la Federación Agroalimentaria CCOO

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