El Real Decreto se fundamenta en las Directivas europeas 2002/96/CE y 2003/108/CE, que tienen por objeto reducir la cantidad y peligrosidad de los residuos de estos aparatos y fomentar una gestión adecuada de los mismos.

Los poseedores de estos productos, ya sean particulares o empresas, podrán devolverlos a los distribuidores (comercios) o a los sistemas de recogida selectiva que establezcan los ayuntamientos. En el caso de que los usuarios, tanto domiciliarios como profesionales, decidan entregarlo a los distribuidores cuando compre un nuevo producto equivalente, la entrega se hará sin coste alguno para aquellos.

Después, los productores o fabricantes deberán hacerse cargo de ellos y gestionarlos ellos mismos, a través de gestores autorizados o bien a través de Sistemas Integrados de Gestión.

El tratamiento que deberán recibir estos residuos se hará a su costa, e incluirá los gastos de recogida desde los almacenamientos temporales de los comercios o los ayuntamientos.

Fabricación

El Real Decreto incorpora medidas de prevención desde la fase de diseño y fabricación de estos productos, incluidas las bombillas, limitando en ellos la inclusión de ciertas sustancias peligrosas como plomo, mercurio, cadmio, cromo hexavalente, polibromobifenilos o polibromodifeniléteres, con algunas excepciones y condiciones.

Estos aparatos, además, deberán estar diseñados y producidos deforma que se facilite su desmontaje, reparación, así como su reutilización y reciclaje. Se deberá facilitar información, tanto a los gestores de residuos sobre su desmontaje y carácter de los materiales, como a los usuarios sobre sus efectos y correcta gestión ambiental.

Más información:

Carlos Martínez
Responsable adjunto de Medio Ambiente de CCOO
cmcamarero@cccoo.es