Alternativas sostenibles para recuperar la economía de PARLA

Raul Cordero
Superar una quiebra en el modelo de ciudad supone apuntar hacia un escenario de "nueva normalidad". Cuando la situación económica, social e institucional no es mero fruto de la coyuntura sino que hunde en raices estructurales, aspirar a recuperar los parámetros anteriores a la crisis sería una absoluta irresponsabilidad.

Parla ha quebrado como proyecto urbano, o al menos esa ha sido la conclusión del diagnóstico que en CCOO de Madrid y en la Unión Comarcal Sur de CCOO de Madrid hemos realizado para el Plan de Desarrollo Económico de Parla. En nuestra opinión, no es únicamente una caída como consecuencia de la crisis económica del país -esto lo es en parte- sino que tiene elementos específicos que nos hacen afirmar que Parla estaría en quiebra igualmente en cualqueir otro contexto económico.

Los elementos del diagnóstico que nos llevan a realizar tales afirmaciones pueden resumirse en tres: un crecimiento de la población muy superior al crecimiento de la estructura económica de la ciudad (50.000 nuevos vecinos en diez años y ningún aumento apreciable en el tejido económico), un volumen de gasto estructural entre un 30 y 50% superior a los ingresos municipales ordinarios fruto de lo anterior, y una planificación urbanística que ha agotado el suelo alrededor del monopolio del uso residencial, porque era la fuente principal de ingresos, desequilibrando profundamente la estructura urbana y presupuestaria.

Pero el diagnóstico anterior es grave no sólo desde el análisis teórico o la comparación con los modelos de desarrollo que nosotros hemos defendido siempre como más deseables, con más equilibrio, un fuerte peso de la industria, un uso responsable del suelo, etc. Lo es fundamentalmente por sus consecuencias. Parla dispone de un PIB per cápita tres veces inferior a la media regional, y su renta per cápita media es de poco más de 12.000 €. Cerca de 25.000 personas viven en riesgo de exclusión y 3.000 familias reciben ayuda para alimentarse. Como puede apreciarse, la necesidad de una fuerte intervención desde la administración pública es evidente, por el elevado número de personas y familias que requieren de algún tipo de protección social. Sin embargo, los ingresos municipales superan en poco los 60 millones de €, mientras el gasto estructural es del entorno de los 90, a lo que se suma la obligatoriedad constitucional de atender primero las obligaciones de una deuda que hemos estimado en alrededor de 500 millones de euros

¿A qué puede aspirar una ciudad cuyos desequilibrios urbanos, presupuestarios y sociales parecen escapar a los márgenes de sus propias capacidades? CCOO ha realizado una propuesta alrededor del concepto de resiliencia urbana, que tiene entre sus pilares fundamentales el desarrollo sostenible en esa modalidad que hemos conocido como economía verde. Queremos contribuir a que Parla sea una ciudad resiliente, es decir, capaz de sobreponerse a su situación generando una realidad nueva.

Alternativas sostenibles para una nueva etapa

Ante el reto de aportar soluciones a realidades tan complejas como las descritas más arriba, hemos querido escapar de las recetas prediseñadas. Pensamos que Parla y su contexto son un punto de partida único, como lo es cada municipio, aunque integrado en su entorno geográfico y político, por lo que sugerimos una pregunta inicial: ¿qué papel puede jugar Parla en la economía de su entorno? ¿Tiene sentido competir con los municipios industriales más consolidados apostando por un tejido económico de condiciones similares? ¿Es posible encontrar un elemento diferenciador para la economía local como lo tiene Getafe en la aeronautica o gran parte del sur en la automoción? ¿Buscamos ese elemento en lo que tenemos o creamos las condiciones para que aparezcan elementos nuevos?

En nuestra opinión, era más interesante aportar un nuevo enfoque que contribuyera a la generación de nuevas sinergias y evitara competencias por los recursos industriales. En este sentido, hemos considerado que la prestación de ecoservicios a empresas, la gestión de residuos y las energías renovables pueden ser algunos de los sectores que aporten ese diferencial a la economía parleña. No es una renuncia a la incorporación de actividades de tipo industrial, sino la emergencia de la economía parleña a partir de la cobertura de las nuevas necesidades que plantea el siglo XXI. Se trata de intervenir en cada necesidad como una fuente potencial de empleo, atendiendo la realidad inmediata, pero también reorientando el modelo de ciudad para dotarlo de futuro. Hay que apuntar, por otro lado, que el Plan de Desarrollo contiene medidas que abarcan muchas otras iniciativas que exceden los objetivos de este artículo, y que se trata de una propuesta dinámica sujeta a modificaciones. En cualqueir caso, en lo relativo a las propuestas que se describen más abajo, la referencia fundamental la hemos encontrado en distintos trabajos y en el asesoramiento de ISTAS.

 Autoconsumo en polígonos industriales: minieólica y fotovoltaica

En primer lugar, hemos considerado la optimización del factor energético en la actividad empresarial como una necesidad creciente, que será aún mayor en las próximas décadas. Y si bien es cierto que las recientes reformas legislativas no hacen más que incrementar la incertidumbre sobre la orientación del modelo energético español, hemos decidido apostar por las formas sostenibles de energía distribuida, que permiten altos grados de cooperación en la gestión del gasto y un absatecimiento más sostenible. La propuesta descansa en tres ejes: la formación y el reciclaje de parados y paradas del sector de la construcción y de la industria, el fomento y la iniciativa pública para la creación de cooperativas de trabajadores y trabajadoras en situación de desempleo para la instalación y el mantenimiento de los nuevos equipos, y la cooperación empresarial para el autoconsumo en polígonos industriales de todo el Sur de Madrid, alrededor de la instalación de pequeñas estaciones para la generación de energía eólica y fotovoltaica.

Sustitución de calderas de gasoil en comunidades de vecinos por calderas de biomasa, y logística y distribución de la biomasa en el Sur de Madrid:

La existencia de barrios en la ciudad en los que la calefacción y el agua caliente siguen centralizados por comunidades de vecinos, pero a través de calderas de gasoil, nos ha permitido hacer una propuesta en torno a la sustitución de estas calderas por calderas de biomasa. Pero además, para la distribución del material combustible en toda la zona sur, donde estamos haciendo planteamientos similares, sería adecuado plantear un centro para su comercialización, dada la lejanía al recurso natural.

Gestión de residuos, rehabilitación y eficiencia energética

Proponemos una recogida más selectiva de residuos en los municipios del sur, mancomunando la gestión de la materia orgánica para la elaboración de compost. Para ello, hemos propuesto la creación de una planta de compostaje en Parla, mientras el resto del residuo puede continuar su tratamiento en las plantas habituales.

Alrededor de un tercio de las viviendas de la ciudad son anteriores a la aprobación de las normas sobre climatización de 1979, lo que nos ha permitido calcular, para una primera iniciativa, que un total de 1994 edificios, además de todos los edificios públicos, pueden ser susceptibles de rehabilitación para su adaptación a esta y otras normativas europeas sobre eficiencia energética.

Agricultura ecológica y revitalización del pequeño comercio local

Hemos querido ligar la agricultura y el comercio local en una propuesta que tiene también a la rehabilitación como un elemento clave. Se trata de rehabilitar las galerias comerciales y establecer líneas de ayuda para la rehabilitación del pequeño comercio, pero además, añadirle un plus de calidad con la venta de un producto autóctono, cultivado en la propia ciudad, y a un precio competitivo frente a las grandes superficies al proponerse sin intermediarios.

En definitiva, se trataba de incluir las alternativas de desarrollo sostenible en un marco más amplio de propuestas de tipo económico y social, para a partir de ahora tratar de abrir un espacio de concertación que nos permita verlas implementadas en la ciudad.

Raul Cordero, Secretaría de Política Territorial de la Unión Sindical de Madrid de CCOO

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