Puesta en marcha del Protocolo de Kioto

Protocolo de Kioto.

El Protocolo de Kioto ya está en marcha. El histórico acuerdo vio la luz verde la madrugada del 10 de Noviembre en Marrakech, tras siete años de negociaciones, cientos de reuniones, 7 Conferencias de las Partes y el boicot de EE.UU.

Ha sido un camino largo y difícil, pero imprescindible. E histórico: es el primer acuerdo mundial que pone límites al mito del crecimiento económico y plantea la necesidad de desarrollarnos de otra manera, de abandonar esta especie de suicidio a largo plazo al que nos aboca el cambio climático consecuencia de nuestra manera de producir y consumir. Ha hecho falta un gran esfuerzo para poner de acuerdo a 180 países sobre los mecanismos que hagan posible que los países industrializados reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero un 5,2 % entre los años 2008 y 2012. Sólo Estados Unidos ha quedado fuera.

No es una buena noticia, pero tampoco ha podido bloquear el protocolo. No es un acuerdo perfecto. Podría y debería mejorarse. Pero hoy lo importante es que sea ratificado cuanto antes para comenzar desde ya a implementar las medidas de reducción de emisiones que tanto necesita el planeta.

ANTECEDENTES

La constatación de que los gases de efecto invernadero provocan alteraciones climáticas era ya una evidencia científica a principio de los noventa. Esto llevó a que la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro (1992) se planteara como objetivo limitar la emisiones de estos gases, a través de la firma de un convenio. Era el Convenio Marco sobre Cambio Climático:

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 “El objetivo de este convenio es lograr la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropogénicas peligrosas en el sistema climático. Ese nivel debería lograrse en un plazo suficiente para permitir que los ecosistemas se adapten naturalmente al cambio climático, asegurar que la producción de alimentos no se vea amenazada y permitir que el desarrollo económico prosiga de manera sostenible”.

Este Convenio emplazaba a que los trabajos para acercar posturas, hasta la consecución de un acuerdo vinculante de reducción de emisiones, se desarrollase en distintas Conferencias de las Partes. Hasta el momento ha habido 7: COP1 Berlín (1995), COP2 Ginebra (1996), COP3 Kioto (1997), COP4 Buenos Aires (1998), COP5 Bonn (1999), COP6 La Haya - Bonn (2000/01) y COP7 Marrakech (2001).

Pero la más destacada ha sido, sin duda, la COP3, en Kioto, donde se elaboró el Protocolo que lleva su nombre.

EL ACUERDO DE BONN 2001

Fue durante los acuerdos de la Cumbre del Clima de Bonn (la segunda parte de la COP6) cuando la postura de mantener el Protocolo pese a este revés, salió adelante. Fue una victoria política de la UE y de las ONGs frente a EE.UU. y la industria petrolera. Otro gran avance fue que la energía nuclear quedara fuera de los mecanismos de flexibilidad. Pero aunque positivo, se hicieron concesiones al Grupo Paraguas que rebajan en la práctica los objetivos de Kioto.

Bush se ha quedado aislado en la escena mundial en un tema de tanta importancia. No obstante, es preocupante que EE.UU. se coloque fuera de los compromisos de Kioto, ya que sólo este país emite una cuarta parte de las emisiones mundiales y el 36,1% de las emitidas por los países industrializados. El modelo energético norteamericano tiene que cambiar y pronto; si no lo hace no sólo está en juego la eficacia de los acuerdos adoptados, sino que tendrá efectos negativos en la economía norteamericana, que afectará a la economía mundial. No hay que olvidar que el sistema productivo estadounidense consume, por unidad de producto, un 70% más de energía que el europeo.

LOS ACUERDOS DE MARRAKECH

Los acuerdos alcanzados en la Cumbre del Clima de Marrakech (COP7 Noviembre 2001) son los que permitirán la puesta en marcha del Protocolo de Kioto, e insta a que sea ratificado antes de la Cumbre de la Tierra en agosto de 2002. De ahí su importancia. Pero aunque es un buen acuerdo, CCOO expresó ya en Marrakech su crítica a la falta de procedimientos regulados de participación social en el seguimiento de la aplicación del Protocolo y particularmente en el seguimiento del Mecanismo de Desarrollo Limpio. Dichos proyectos pueden servir para ayudar efectivamente a un desarrollo más limpio en esos países o pueden ser fuente de corrupción e incluso de desastres ambientales. El acuerdo no terminó de cerrar la contabilización de los sumideros de carbono, aunque sí especifica el máximo de toneladas que se pueden descontar por buena gestión de los recursos forestales.

Se creó un Comité para gestionar los Mecanismos de Desarrollo Limpio. Es quien establecerá las condiciones para los proyectos y programas sean MDL. CC.OO. pide que este organismo, antes de aprobar cada proyecto, consulte con las ONGs tanto del país receptor del programa como las del país originario que lo quiera implementar. Asimismo, ha exigido que los trabajadores de las empresas adscritos a estos proyectos también sean consultados en ambos países.

En cuanto al régimen sancionador de aquellos países que incumplan sus compromisos de reducción de emisiones, hubo mucha presión del grupo Paraguas y al final aceptaron que a los que no cumplan se les aumente la cuantía de su reducción en un 30% y no puedan acceder a los mecanismos de desarrollo limpio durante el siguiente período.

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