Con este PEIT no se cumplirá con KIOTO

El Ministerio de Fomento ha presentado el borrador del Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes (PEIT). Un plan dotado con 241.392 euros que marcará la política de transportes hasta el 2020. Aunque supone un giro respecto a políticas anteriores, el plan ha despertado las alarmas en determinados ámbitos que ven peligrar el cumplimiento del Protocolo de Kioto porque sigue fomentado el uso del transporte por carretera.

Las nuevas vías favorecen la dispersión urbana y un mayor uso del automóvil y responden en muchos casos a estrategias de desarrollo urbano // La ausencia generalizada de transporte público adecuado en los polígonos industriales exige medidas de choque

El PEIT anuncia un giro importante en la política de desarrollo de infraestructuras de transporte al potenciar más el ferrocarri lque la carretera. Además, establece un conjunto de criterios encaminados a la intermodalidad de las infraestructuras y los servicios de transporte y a la gestión integrada del mismo, con el objetivo de mejorar la eficiencia y la calidad de dichos servicios.

No obstante, en la planificación sectorial de carreteras observamos con preocupación que se pretenden construir 6.000 nuevos km de autovías o autopistas hasta alcanzar los 15.000km en la red de alta capacidad. Este aumento del 62% en la dotación actual de vías de alta capacidad, a pesar de la mejora prevista en el modo ferroviario, va a tener consecuencias muy negativas en el incremento de la movilidad por carretera y, consiguientemente, en el aumento de las emisiones de CO2. Así lo reconoce el Informe de Sostenibilidad Ambiental (ISA) de l PEIT (informe preceptivo derivado de la Directiva de Evaluación de Planes y Programas de la UE), que el Ministerio de Fomento ha sometido también a información pública y que alerta sobre la insostenibilidad del actual sistema de transporte en España.

La puesta en servicio de autovías aumenta las necesidades de movilidad motorizada e induce a lo largo de su recorrido crecimientos urbanísticos, en gran parte de baja densidad. Aunque inicialmente no exista una demanda razonable en muchos tramos, las vías de alta capacidad provocan que aumente esa demanda.

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La ampliación de la red de autovías estimulará aún más el uso del transporte privado en viajeros y el uso de la carretera para mercancías. En una situación como la española, donde la utilización de la carretera es abrumadora con respecto al ferrocarril, se dificultará notablemente el giro que el PEIT plantea hacia la intermodalidad, basada en la red ferroviaria y hacia una mayor utilización del transporte público. Este efecto negativo lo señala el propio ISA: “La mejora prevista de la red de carreteras de alta capacidad aumentará aún más el peso de los modos más contaminantes y disparará las emisiones de gases de efecto invernadero del sector del transporte”.

Si realmente se quiere reorientar el sistema de transporte hacia el ferrocarril, hace falta no sólo volcar más inversiones hacia este medio, sino acortar y reducir las ventajas y preponderancia de las infraestructuras de carretera.

Un ambicioso programa de infraestructuras

Otra cuestión preocupante es que el PEIT se plantea un ambicioso programa de construcción de infraestructuras, fundamentalmente de carreteras de alta capacidad y ferroviarias, para el primer periodo de su desarrollo y deja para más adelante la aplicación de medidas para la integración intermodal y para la construcción de un sistema integrado de transporte. El propio ISA reconoce al respecto que la inversión en nuevas infraestructuras viarias constituye el aspecto ambientalmente más controvertido: riesgo de realizar peores evaluaciones ambientales en actuaciones a corto plazo, por ejemplo.

Pero veamos la incompatibilidad del PEIT con el cumplimiento del Protocolo de Kioto y el Plan Nacional de Asignaciones (PNA). El PNA prevé que en un primer período (2005-2007) hay que estabilizarlas emisiones en todos los sectores, que posteriormente(2008-2012) tendremos que realizar un esfuerzo importante de reducción, en torno a un 21%, y que más tarde, para el llamado periodo Post Kioto, el esfuerzo derivado de nuevos y más exigentes compromisos será mucho mayor. Como se ve, el desarrollo de la red de vías de alta capacidad contemplada en el PEIT supondrá que el sector del transporte no podrá cumplir con sus obligaciones respecto de Kioto.

El escenario contemplado por el PEIT contraviene lo establecido para el sector del transporte en el Real Decreto1866/2004, por el que se aprueba el Plan Nacional de Asignación de los derechos de emisión. El PNA señala: “El sector del transporte en España va a tener que transformarse rápidamente durante los próximos años, pues de otro modo no cabría la posibilidad de que nuestro país cumpliera con el Protocolo de Kioto”.

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