La certificación FSC

Una herramienta para la gestión forestal sostenible.

Entre las iniciativas surgidas a raíz de las recomendaciones de la Cumbre de Río de 1992 para promover la gestión forestal sostenible, la certificación forestal es una de las que ha tenido mayor difusión y ha producido resultados más tangibles en todo el mundo

El logotipo del FSC identifica productos que contienen madera de bosques bien gestionados, certificados de acuerdo a las reglas del Forest Stewardship Council

La certificación es una herramienta que promueve la mejora de la gestión forestal a través del etiquetado de los  productos que proceden de bosques gestionados de forma responsable. De esta manera, para obtener la certificación, una unidad de gestión forestal se somete de forma voluntaria a una evaluación, realizada por una tercera parte independiente (entidad certificadora)
Este proceso culmina con un certificado o sello, que finalmente garantiza al consumidor que los productos forestales proceden de montes bien gestionados, de acuerdo a unos estándares internacionales.

Existen dos tipos de certificación:

  • Certificación de gestión forestal, que determina si un monte o grupo de montes (unidad de gestión forestal) se gestiona de acuerdo a las normas establecidas por el FSC.
  • Certificación de la cadena de custodia o trazabilidad, que evalúa la línea de producción forestal, desde el  árbol hasta el producto final, para verificar que la madera utilizada procede de un bosque bien gestionado.

El FSC (Forest Stewardship Council)
Entre los sistemas de certificación forestal, el del FSC (Forest Stewardship Council o Consejo de Administración Forestal) es el único que cuenta con el apoyo de las principales ONG ambientales y de defensa de los derechos sociales de todo el mundo.

El FSC es una organización independiente, no gubernamental, internacional y sin ánimo de lucro creada en 1993 en Toronto (Canadá) con el objetivo de promover una gestión forestal ambientalmente responsable, socialmente beneficiosa y económicamente viable.

La organización está formada por 684 miembros de todo el mundo, que representan a grupos sociales, asociaciones ecologistas, silvicultores, empresarios forestales, organizaciones indígenas e investigadores, entre otros, comprometidos con la gestión forestal responsable.

Su órgano superior es la Asamblea General, formada por tres cámaras (ambiental, social y económica), que se subdividen a su vez en dos subcámaras (países del Norte y países del Sur) Esta estructura garantiza el equilibrio de intereses entre los diferentes sectores y entre países con diferente desarrollo económico, así como la independencia y la transparencia en la toma de decisiones.

Después de trece años desde su creación, existen 114.000.000 hectáreas de bosques y 9.000 empresas certificadas en todo el mundo. El principal logro del sistema FSC ha sido el de ser capaz de sentar a la misma mesa a sectores tradicionalmente enfrentados (los industriales, los ecologistas y los defensores de los derechos sociales), para tratar de llegar a un acuerdo sobre el concepto de gestión forestal sostenible. De esta manera, las normas internacionales de gestión forestal y los principios y criterios del FSC fueron acordadas después de varios años de discusión y construcción de consensos, pruebas de campo y consultas con interesados de más de 25 países.

El sistema FSC se basa así en la participación equilibrada y equitativa de un amplio rango de grupos de interés, tanto en la elaboración de normas como en los propios procesos de certificación, de manera que cualquiera que pueda tener una opinión sobre la gestión forestal tenga la oportunidad de defender sus intereses.

En opinión de la organización independiente FERN (2001), “el sistema FSC es el único con unos estándares suficientemente rigurosos como para asegurar a los consumidores que los productos que compran proceden de un bosque bien gestionado. El estándar FSC atiende todos los aspectos de la sostenibilidad: ecológicos, económicos y sociales. Cubre aspectos como el respeto a los derechos de los pueblos indígenas y de los trabajadores, uso de químicos, organismos genéticamente modificados (OGM), áreas dedicadas a la conservación, normas para montes de alto valor de conservación... Casi ninguno de estos aspectos está considerado por otros esquemas”. En un informe más reciente de la misma organización, donde se actualiza el documento anterior (FERN, 2004), se declara que “el FSC sigue siendo el sistema de certificación más independiente, riguroso y, por tanto, creíble”

El FSC cuenta también con el apoyo de las administraciones públicas, algunas de las cuales ya han establecido políticas de compra responsable de madera, dando preferencia a los productos certificados por el FSC frente a otros esquemas de certificación. Tal es el caso del Ayuntamiento de Barcelona, que, de acuerdo con su Agenda 21, establece que “en la contratación pública dará prioridad a los productos forestales que ofrezcan la mayor información sobre las características ambientales del producto, la sostenibilidad en la producción y en la extracción y los criterios sociales requeridos en el proceso de certificación”. De esta manera, establece una lista de prioridades de compra en la que en primer lugar se encuentra la madera con el sello FSC.

En el mes de abril de 2005, veinticinco organizaciones de la sociedad civil española firmaron un manifiesto donde solicitan a las administraciones públicas que tomen medidas de compra responsable de madera y exijan el sello FSC en sus compras.

FSC en España

La iniciativa española del FSC está coordinada por la Asociación FSC España, que cuenta con casi 60 socios entre individuales y organizaciones y se encarga de promover la certificación FSC en nuestro país y de elaborar los estándares de buena gestión forestal.

Los estándares, basándose en las normas internacionales del FSC, definen los niveles mínimos que se  deben exigir para garantizar una gestión forestal responsable en España. La discusión y consenso sobre los estándares aplicables a los montes españoles ha implicado la participación de un amplio número de actores interesados, buscando la conciliación de intereses económicos, sociales y ambientales. Podemos asegurar que la elaboración de estándares FSC ha sido el más transparente, participativo y democrático proceso de definición de políticas forestales llevado a cabo en España.

En la actualidad, existen en España 133.000 hectáreas de bosques y casi 100 empresas certificadas y cada vez se encuentran más productos en el mercado. Actualmente, la certificación FSC es la mejor alternativa para mejorar la gestión forestal y, al mismo tiempo, facilitar el acceso al mercado de los productos forestales.

Por otro lado, ofrece a los consumidores una manera de contribuir a la conservación de los bosques y mejorar la gestión forestal, a través de sus opciones responsables de compra.

Elisa Pardo Vegezzi
FSC España
info@fsc-spain.org

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