Nanotecnología y sociedad: un desafío para todos

La nanotecnología se presenta como el germen de una posible revolución industrial. Se trata de una tecnología atómica que opera a escala nano, lo que equivale a la mil millonésima parte de un metro. Tendrá, ciertamente, un fuerte impacto tanto en las sociedades desarrolladas como en desarrollo, pero también en el planeta que habitamos.

La introducción y desarrollo de esta nueva tecnología traerá consigo benefícios y riesgos para la sociedad, pero configura también la posibilidad de materializar nuevos segmentos sociales, la de los incluidos y los excluidos, así como la construcción de una nueva naturaleza inédita en relación a la historia reciente de la humanidad, que puede tener repercusiones en los ecosistemas naturales del planeta.

Los científicos productores de nanociencia y nanotecnología se encuentran en una posición central en lo que se refiere al futuro de nuestras sociedades. En cuanto productores de conocimiento y de tecnología, pueden contribuir a transformar las mismas, pero al mismo tiempo están sufriendo los efectos de esta nueva tecnología en cuanto a ciudadanos.

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La nanotecnología no está exenta de críticas. Entre las diversas incertidumbres que planean sobre ella podemos apuntar a la toxicidad de las partículas nano y la necesidad de una regulación específica. Hace falta que sea considerada como una nueva tecnología y, por tanto, que se tengan en cuenta las cuestiones éticas ya observadas en la biotecnología, por ejemplo. De esta forma, podremos trabajar de una forma diferente a lo que ha ocurrido con la biotecnología. ¿Ocurrirá como con los transgénicos? ¿O romperemos con el ciclo iniciado en términos de publicidad y transparencia, incorporando las preocupaciones sociales y ambientales desde el principio?

Ya se han realizado varios estudios por entidades gubernamentales, como la National Science Foundation (EEUU), la Comisión Europea, la Royal Society(RU) y la ETCGroup (Canadá), que apuntan a la necesidad de incorporar desde el inicio las investigaciones que tengan en cuenta los aspectos sociales, económicos, ambientales, políticos, éticos a la hora de introducir la nanotecnología en nuestras sociedades.

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Una de las mayores críticas a la nuevas tecnologías parte del hecho de que no sabemos los riesgos que causan entre la población. La controversia crece cuando no se permite la participación del público en este proceso. Surge entonces la oportunidad de preguntar: ¿para qué sirve esta tecnología? ¿Quién será su propietario? ¿Quién se responsabilizará de los daños? ¿En quién podemos confiar? ¿Quiénes serán los incluidos y los excluidos? Hoy ya es normal hablar de la exclusión digital y de programas gubernamentales de inclusión digital. ¿Tendremos que hablar en el futuro de los nanoexcluidos?

 Por supuesto, estas cuestiones no las deben resolver los técnicos exclusivamente. Para resolverlas, el público debe involucrarse desde el principio. Ahora que la nanotecnología está dando sus primeros pasos es cuando se debe comenzar a debatir con el público poniendo todas estas cuestiones en la mesa de forma transparente. 

Paulo Roberto Martins
Sociólogo, doctor en Ciencias Sociales.
Investigador del Instituto de Investigaciones Tecnológicas del Estado de São Paulo IPT/Brasil.
Coordinador de la Red de Investigación en Nanotecnología

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