¿De dónde procede la madera que consumimos?

Los muebles y suelos de madera que decoran las casas de las familias españolas proceden en gran parte de bosques de países en vías de desarrollo donde las talas ilegales son prácticas habituales. Pero, ¿hasta qué punto son los compradores conscientes del impacto medioambiental y de las repercusiones sociales derivadas de una gestión forestal irresponsable?

A la hora de comprar mobiliario o suelos laminados, el consumidor no suele recibir información sobre el origen de la madera y, en muchos casos, ni siquiera conoce a partir de qué especie se ha fabricado el producto final o si esta especie se encuentra en peligro de extinción. Ante esta realidad, la campaña Madera Justa pretende sensibilizar a la población española, a las empresas privadas y a las administraciones públicas de la importancia que tiene el consumo responsable de productos madereros procedentes de bosques bien gestionados que han sido certificados por FSC (Forest Stewardship Council o Consejo de Administración Forestal).

Impulsada por las organizaciones Copade (Comercio para el Desarrollo) y FSC-España, la campaña Madera Justa es la primera iniciativa de búsqueda de un sistema de certificación que aúne los principios y criterios del FSC, que garantizan la gestión forestal ambientalmente responsable, socialmente beneficiosa y económicamente viable de los bosques, y los parámetros del comercio justo que promueve la Organización Internacional de Comercio Justo (WFTO).

Lo que hay detrás de un mueble no certificado

La tala ilegal e insostenible es uno de los grandes problemas para la conservación de los bosques y de su biodiversidad, principalmente en zonas tropicales. Contribuye a la deforestación, arruina los esfuerzos de una gestión forestal responsable, favorece la corrupción y la evasión fiscal y reduce los ingresos de los países productores, afectando a millones de personas que habitan y dependen de los bosques y sus recursos.

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Según estimaciones del Banco Mundial, las talas ilegales y su mercado asociado suponen para los países productores pérdidas anuales de entre 10.000 y 15.000 millones de dólares. WWF calcula que el consumo anual de madera en España alcanza los 50 millones de metros cúbicos al año, de los cuales se importan dos terceras partes. El 16% de la madera que importamos procede de regiones donde las talas ilegales son prácticas habituales. Si hablamos de papel, este porcentaje es del 3,2%.

La certificación forestal FSC surge como una herramienta para promover la gestión responsable de los bosques y su conservación, frenando las talas ilegales e insostenibles al identificar en el mercado los productos que proceden de bosques bien gestionados, de acuerdo a unos estándares exigentes y consensuados internacionalmente bajo el equilibrio de intereses sociales, ambientales y económicos.

Por otro lado, muchos productores de los países en vías de desarrollo no pueden vivir dignamente de su trabajo debido a las injustas reglas del comercio internacional. Trabajan en condiciones muy precarias, utilizando mano de obra infantil, con penosas condiciones sanitarias y de seguridad laboral, sin pre-financiación y recibiendo unos ingresos por sus productos que normalmente no cubren sus gastos de producción, debido a la infinidad de intermediarios entre éstos y los consumidores finales.

El 15% de la población mundial que vive en los países de altos ingresos es responsable del 56% del consumo total del mundo, mientras que el 40% más pobre, en los países de bajos ingresos, es responsable solamente del 11% del consumo. El comercio justo trata de dar respuesta a esta situación ofrecer mejores condiciones comerciales y laborales, asegurar los derechos de productores y trabajadores, garantizar la pre-financiación de los pedidos, mediante el diálogo, la transparencia y el respeto.

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El derecho del consumidor a saber

Los muebles o suelos de madera certificados con la etiqueta de FSC y con el logotipo de la campaña Madera Justa garantizan al consumidor que los productos adquiridos proceden de bosques bien gestionados.

La etiqueta de FSC se compone del logo de la organización y un código alfanumérico que puede introducirse en la base de datos de la web de FSC (www.fsc-spain.org/lista_certificados.html). De este modo, el consumidor puede comprobar si todas las empresas que intervienen en la extracción y/o manufactura de la madera están certificadas.

Por su parte, el logotipo de la campaña Madera Justa, añade a la garantía social y medioambiental del sello FSC el plus del comercio justo, ya que todos los productos etiquetados con dicho logotipo han sido elaborados por cooperativas de artesanos y carpinteros de Bolivia y Honduras, países en los que Copade ejecuta sus proyectos de cooperación al desarrollo.

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Bueno para el bosque, bueno para tod@s

Con el lema Bueno para el bosque, bueno para tod@s, la campaña Madera Justa cuenta con el apoyo de 31 socios y colaboradores. Además de ser la primera propuesta que aúna el respeto al medio ambiente y el comercio justo, esta campaña es pionera en reunir dentro de una misma plataforma de trabajo a empresas privadas, instituciones públicas y organizaciones no gubernamentales.

La campaña, con una duración de tres años prorrogables a cinco, se financia con fondos públicos -Ayuntamiento de Madrid en su primer año, AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo), Fundación Biodiversidad, Gobierno Vasco y Junta de Castilla La Mancha- y con los fondos propios procedentes de las aportaciones de las empresas asociadas, entre ellas la consultora Novotec, el banco ético y sostenible Triodos Bank y Leroy Merlin.

Las empresas y organizaciones asociadas firman un manifiesto de apoyo a las acciones de la campaña Madera Justa "como medio para contribuir a frenar la deforestación mundial y mejorar las condiciones de vida de los grupos de artesanos y trabajadores de la madera en los países en vías de desarrollo". Además, se comprometen a promover el consumo de productos de Comercio Justo con garantía FSC en aquellos casos que sea posible.

En lo relativo a su organización interna, la campaña cuenta con un socio observador-asesor que es la Coordinadora Estatal de Comercio Justo y una comisión ética y de control formada por Greenpeace, WWF y CCOO, a la que se le consulta cada solicitud de adhesión a la campaña.

Javier Fernández Director de Copade.
www.maderajusta.org

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