Energía y deuda ecológica

Transnacionales, cambio climático y alternativas.

Iñaki Bárcena, Rosa Lago y Unai Villalba (eds.), Icaria, Barcelona, 2009, 493 pp.

Los editores en su prólogo hacen una sugestiva pregunta: Nork nori Zor? ¿Quién debe a quién?, en referencia a la "otra deuda externa". Parten de la interesante premisa que inspira la aparición del libro: "existe una ingente deuda ecológica, que se origina tanto en las desiguales emisiones de C02 a la atmósfera, como en la generación de pasivos ambientales o en la exportación de residuos, o en la biopiratería, en el comercio injusto y en la negación de la soberanía alimentaria a los países empobrecidos".

Es el segundo libro colectivo del que tengo noticia que Iñaki Bárcena ha impulsado y editado en 2009. El otro, TAV las razones del NO, Ed. Txalaparta, realizado en colaboración con Josu Larrinaga, constituye un interesante mosaico de miradas críticas con uno de los proyectos de infraestructuras estrella impulsado desde hace tiempo por los gobernantes vascos y el Ministerio de Fomento.

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En el caso del libro, Energía y deuda ecológica encontramos trabajos de 21 autores, algunos de los cuales han colaborado en las páginas de Daphnia. La amplia temática que abordan se agrupa en tres grandes apartados. La primera parte, Deuda ecológica, resulta un buen intento de definir nuevas categorías en las relaciones entre las economías de los países industrializados y las de los países empobrecidos desde el punto de vista de estos últimos y en oposición a conceptos "monetaristas" del FMI y el Banco Mundial, como el de la deuda externa, azote de los pueblos. Además, cosa que es fundamental resaltar que los autores elaboran su reflexión desde una óptica ecologista en torno a elementos clave para el proceso productivo, como es el caso de la energía. En la segunda parte, Transnacionales, se analiza el papel de las mismas en la mutilación de la soberanía económica, alimentaria y energética de los países dependientes y en el reforzamiento de las posiciones depredadoras del capitalismo globalizado de las potencias industrializadas. En la tercera parte, Energía y cambio climático, la obra desmenuza la relación entre el modelo energético, el de crecimiento económico y la crisis ambiental, para acabar en el capítulo final A la búsqueda de alternativas de dos de los editores, Lago y Bárcena, conectando la cuestión de la equidad social con la cuestión ambiental. Los autores constatan el darwinismo social de la lógica capitalista y afirman que la "gran pregunta" no es tecnológica sino sistémica (en sus dimensiones sociales, económicas, productivas) en torno a qué sistema "es capaz de garantizar a las personas el acceso universal a los recursos básicos limitados".

Llegados a ese punto la pregunta es ¿cómo lograr esa garantía? La respuesta de los coordinadores del libro, "controlar la codicia de las multinacionales", no es realista mientras perviva el sistema que las ampara. ¿O no es esa la experiencia de la crisis financiera que estamos viviendo?

Manuel Garí

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