El contexto europeo de la economía circular

Jesús Pérez Gómez, Técnico Área Medio Ambiente de ISTAS

El pasado 2 de diciembre de 2015 la Comisión Europea adoptó un nuevo paquete sobre economía circular para impulsar la transición de Europa hacia una economía circular más sostenible y que genere nuevos puestos de trabajo.

El paquete de Economía Circular incluye una Comunicación, Cerrar el círculo: un plan de acción de la UE para la economía circular, y un anexo con el calendario del plan de acción. Este paquete de economía circular también incluye una propuesta legislativa para modificar la Directiva Marco de Residuos (esta propuesta de modificación de la directiva marco de residuos también incluye un anexo), la Directiva de Envases y Residuos de Envases (Esta propuesta de modificación de la directiva de envases también incluye un anexo), la Directiva de Vertederos y una última propuesta de directiva para modificar las Directivas de Vehículos al final de su vida útil, pilas y acumuladores, y Residuos de aparatos eléctricos y electrónicos .

El objetivo es ayudar a las empresas y a los consumidores europeos en la transición a una economía más sólida y circular, donde se utilicen los recursos de modo más sostenible, cerrando los ciclos productivos.

 Además de un mejor uso de las materias primas, de los productos y una mejor gestión de los residuos, se pretende fomentar el ahorro energético y por tanto se ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Las propuestas abarcan la totalidad del ciclo de vida: desde la producción y el consumo a la gestión de residuos y el mercado de materias primas secundarias. Esta transición contará con el respaldo financiero de los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos, de 650 millones de euros procedentes de Horizonte 2020 (el programa de financiación de la investigación e innovación de la UE), de 5.500 millones de euros procedentes de los Fondos Estructurales para la gestión de residuos y de inversiones en la economía circular a nivel nacional.

Un plan de acción de la UE en materia de economía circular, sectores prioritarios, innovación e inversión

La comunicación sobre economía circular señala una serie de sectores como áreas prioritarias que se enfrentan a retos específicos en el contexto de la economía circular. Estos sectores serían: el sector del plástico, el sector de los residuos alimentarios, el sector de las materias primas críticas, el sector de la construcción y demolición, y el sector de la biomasa y los bioproductos.

Finalmente, la Comunicación de la Comisión incluye dos apartados, uno sobre Innovación e inversión y otro sobre el seguimiento de los avances hacia una economía circular.

Con respecto a la innovación e inversión, la Comisión valora que la transición hacia una economía circular constituye un cambio sistémico. Con el fin de cambiar nuestra manera de producir y consumir, y de transformar los residuos en productos de alto valor añadido, necesitaremos nuevas tecnologías, procesos, servicios y modelos empresariales.

La transición hacia una economía circular también requerirá una mano de obra cualificada con capacidades específicas y, a veces, nuevas. Para que se desarrollen las capacidades adecuadas a todos los niveles, éstas tendrán que contar con el apoyo de los sistemas de educación y formación.

Medidas Clave del paquete de economía circular

El paquete sobre la economía circular recoge una seria de medidas para impulsar la economía circular en Europa. Son medidas dirigidas al sector industrial y económico con el objetivo de transformar la economía. Pretenden ir más allá de la gestión de residuos y modificar todo el ciclo de vida de los productos y conseguir un cambio de modelo de producción y consumo.

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Entre las medidas clave adoptadas que van a aplicarse se encuentran:

  •  La financiación de más de 650 millones de euros con cargo al programa Horizonte 2020 y de 5.500 millones de euros con cargo a los Fondos Estructurales;
  • Medidas para reducir el despilfarro de alimentos, incluida una metodología de medición común, una indicación de fechas mejorada y herramientas que permitan alcanzar el objetivo de desarrollo sostenible de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos a más tardar en 2030;
  • La elaboración de normas de calidad para las materias primas secundarias a fin de reforzar la confianza de los operadores en el mercado interior;
  • Medidas en el plan de trabajo sobre diseño ecológico para 2015-2017 tendentes a promover la reparabilidad, durabilidad y reciclabilidad de los productos, además de la eficiencia energética;
  • Una revisión del reglamento sobre abonos, para facilitar el reconocimiento de los abonos orgánicos y basados en residuos y reforzar el papel de los bionutrientes;
  • Una estrategia para el plástico en la economía circular, que aborde los problemas de la reciclabilidad, la biodegradabilidad, la presencia de sustancias peligrosas en los plásticos y la reducción significativa de los desechos marinos;
  • Una serie de acciones sobre la reutilización del agua, incluida una propuesta legislativa relativa a los requisitos mínimos para la reutilización de las aguas residuales.

La Comunicación adoptada incluye un calendario para las acciones propuestas, en cada una de las etapas, así como las medidas sectoriales.

Propuestas legislativas revisadas sobre los residuos

Como comentábamos, la propuesta legislativa sobre residuos incluye la revisión de varias directivas relativas a la gestión de residuos.

La propuesta legislativa revisada relativa a los residuos fija medidas para prevenir la generación de residuos - aunque no establece objetivos cuantitativos de prevención obligatorios - y establece una senda a largo plazo para la gestión de los residuos y el reciclado.

Entre los elementos clave de la propuesta sobre residuos revisada figuran:

  • Un objetivo común de la UE para el reciclado del 65 % de los residuos municipales de aquí a 2030;
  • Un objetivo común de la UE para el reciclado del 75 % de los residuos de envases de aquí a 2030;
  • Un objetivo vinculante de reducción de la eliminación en vertedero a un máximo del 10 % de todos los residuos de aquí a 2030;
  • Una prohibición del depósito en vertedero de los residuos recogidos por separado;
  • La promoción de instrumentos económicos para desalentar la eliminación en vertedero;
  • Una simplificación y mejora de las definiciones y una armonización de los métodos de cálculo de los porcentajes de reciclado en toda la UE;
  • Medidas concretas para promover la reutilización y estimular la simbiosis industrial, convirtiendo los subproductos de una industria en materias primas de otra;
  • Incentivos económicos para que los productores pongan en el mercado productos más ecológicos y apoyo a los regímenes de recuperación y reciclado (por ejemplo, de envases, baterías, aparatos eléctricos y electrónicos, vehículos).

El pasado mes de marzo, la Comisión ya ha presentado la nueva Regulación para Fertilizantes, incluyendo medidas para mejorar el acceso a los mercados de fertilizantes orgánicos y basados en biorresiduos en la UE. En estos momentos está trabajando en el Plan de Acción en materia de Ecodiseño con el objetivo de abordar no sólo la eficiencia energética en los productos, sino también las reparabilidad, durabilidad, capacidad de actualización, y reciclabilidad de los productos.

Por un verdadero cambio de modelo económico.

Si queremos alcanzar beneficios ambientales, sociales y económicos en la Unión Europea, el nuevo modelo económico circular que se propone, debe incluir una gestión más eficiente de los recursos materiales, reduciendo su consumo, una reducción de las emisiones y del uso de sustancias tóxicas, así como de la generación de residuos, una mejora en la eficiencia energética y venir acompañado de los suficientes incentivos económicos que permitan que el reciclaje o la reutilización sean más baratos que la incineración o el vertido.

Estas medidas ayudarán a la creación de empleo, a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, poder disfrutar de un medio ambiente sano, alcanzar la producción limpia y un consumo sostenible y responsable.

Se debe considerar la gestión de los materiales en todo su ciclo de vida, desde la extracción hasta que finalmente se convierten en residuos y así disminuir la dependencia de recursos de Europa. Para alcanzar este objetivo es imprescindible el cambio en el diseño de los productos, eliminar el uso de materiales peligrosos y así facilitar la reparación y reutilización de los productos al mismo tiempo que se garantice el uso de materiales reciclados y reciclables. Por tanto, se deben aplicar políticas de residuo cero y centrarse en inversiones en las primeras etapas de la jerarquía de residuos: prevención, reutilización y reciclaje.

Sin producción limpia no puede haber una verdadera economía circular. Las sustancias tóxicas hay que evitarlas desde el momento del diseño de los productos, para que así puedan recircularse con más facilidad dentro de los procesos productivos, mejorando la calidad de los materiales, preservando la salud de las personas y el medio ambiente.

Podemos reducir el uso de energía en los procesos de extracción y producción de productos si conseguimos alargar la vida útil de los mismos y nos ahorramos las grandes cantidades de energía que ahora gastamos en su elaboración. Este ahorro siempre será mucho mayor del obtenido mediante su incineración o su vertido.

Reparar, reutilizar y mantener los materiales en el ciclo económico debería ser más barato que seguir despilfarrando recursos naturales. Hay que cambiar los incentivos y el marco económico para abandonar el modelo de producción y consumo lineal; el usar y tirar en que nos encontramos.

Debemos apostar por la venta de servicios en lugar de mercancía, vender bienes duraderos que se puedan reparar con facilidad, promover la propiedad compartida o alquilada y disponer de sistemas de retorno para los envases.

Se deben implementar impuestos a la incineración y al vertido con el fin de que la gestión de residuos se mueva hacia las primeras etapas de la jerarquía de residuos. La contratación pública, al ser un motor económico de gran importancia se debe utilizar para impulsar el cambio de modelo que necesitamos y la financiación pública debería utilizarse para financiar infraestructuras de prevención, reutilización y reciclaje.

Estos cambios crearán miles de empleos estables y locales que deben ser al mismo tiempo empleos de calidad, donde la seguridad y la salud laboral sean una de sus prioridades.

 

 

 

 

 

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