Arantxa Ramos: “Alargar la vida de los productos tiene beneficios medioambientales y sociales clarísimos”

Berta Chulvi, periodista

Arantxa Ramos es técnica de proyectos en AERESS, Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria, una asociación sin ánimo de lucro constituida en 1994 como una plataforma estatal de entidades solidarias que se dedican a la reducción, reutilización y reciclaje de residuos.

¿Qué entidades conforman vuestra red?

Somos unas 50 entidades de todo el Estado Español. Empresas de inserción, asociaciones, cooperativas y fundaciones, todas ellas son organizaciones que trabajan con itinerarios de inserción para personas en riesgo de exclusión. Esa característica y la defensa de unos valores de sostenibilidad medioambiental es lo que define a las organizaciones de nuestra red, así como el hecho de que todas, sea cual sea su forma jurídica, son organizaciones sin ánimo de lucro. Como red nacimos en el 94, pero hay muchas organizaciones que llevan más de 45 años trabajando.

Podríamos añadir que todas las entidades de la red tiene como actividad económica la gestión de residuos urbanos, priorizando siempre las primeras fases de la jerarquía, en especial la preparación para la reutilización de aquellos residuos que tienen potencial de ser reutilizados (como el textil, los muebles o los aparatos eléctricos y electrónicos). Y esta actividad económica da soporte a la labor de inserción sociolaboral de personas en situación de vulnerabilidad.

¿Cuáles son los beneficios ambientales y sociales de la reutilización?

Alargar la vida útil de los productos tiene beneficios medioambientales y sociales clarísimos. La reutilización reduce el consumo de las materias primas y la energía que se utiliza en la fabricación de productos, reduce los residuos que generamos, las emisiones de gases de efecto invernadero y otros efectos ambientales, asociados tanto a la producción como a la gestión de residuos. En cuanto a los beneficios sociales, la reutilización genera empleo local que, en nuestro caso, está asociado a personas en situación de vulnerabilidad. Además, al evitar la extracción de materias primas en origen, también se evitan los conflictos asociados a esta explotación en los países del sur y, por otro lado, se ofrecen productos asequibles a personas con pocos recursos.

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¿Cómo valoráis el hecho de que se empiece a hablar de economía circular?

Nuestra labor, desde siempre, ha tenido que ver con el concepto de economía circular. Mucho antes de la puesta en circulación del concepto. Siempre hemos abordado la gestión de residuos según la jerarquía que prioriza la prevención, la preparación para la reutilización y luego el reciclaje, tres fases que conectan con el concepto de economía circular en la medida en que suponen alargar la vida útil de los productos y aprovechar sus materias primas. Nos parece positivo que se incorpore este concepto de economía circular en la legislación europea, pero queremos ver en qué se termina concretando. Nosotros, por ejemplo, priorizamos que se establezcan objetivos específicos de preparación para la reutilización, un concepto que está reconocido en la jerarquía de gestión de residuos como prioritario pero al que, generalmente, no se asocian objetivos concretos o políticas concretas. Pues la tendencia es a establecer objetivos conjuntos de preparación para la reutilización y reciclaje y, entonces, en la práctica, por cuestiones economicistas, se acaba favoreciendo exclusivamente el reciclaje, desaprovechando, entre otras cosas, la pérdida de oportunidad de generación de empleo asociada a la preparación para la reutilización, intensiva en mano de obra.

Sin embargo, el RD 110/2015 sobre gestión de residuos eléctricos y electrónicos que acaba de aprobarse sí establece objetivos separados de preparación para la reutilización y plantea la necesidad de poner en marcha Centros de Preparación para la Reutilización

Sí. Por primera vez en toda Europa, un país, al trasponer la Directiva sobre residuos eléctricos y electrónicos de 2012, ha incluido objetivos específicos de preparación para la reutilización para determinadas categorías de aparatos. La subdirección de residuos del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente ha escuchado las demandas de las organizaciones y han sido sensibles a incorporar nuestras peticiones. Hacemos una valoración positiva de esa incorporación.

¿Qué estáis haciendo en AERESS al respecto?

En la red trabajamos históricamente en la preparación para la reutilización de RAEE, y ahora lo que estamos haciendo es adaptarnos a los requisitos que plantea el Real Decreto. También estamos desarrollando proyectos internos, como por ejemplo, el proyecto RE-ENCHUFA, centrado en la formación de los técnicos de preparación para la reutilización y en el conocimiento de buenas prácticas y desarrollos técnicos en preparación para la reutilización en otros países europeos.

En que situación se encuentra la reutilización de aparatos eléctricos en España

Es una realidad que avanza, lentamente, pero avanza. Si nos remitimos a las cifras de la red, observamos que por ejemplo en 2014 se reutilizaron 418.000 kg. de RAEE, equivalente a unos 38.675 aparatos. Esto supone que en la actualidad, las organizaciones de la red reutilizan el 5% de los aparatos que recogen y el resto se recicla. Se trata de un trabajo cada vez más difícil, porque tal y como se diseñan los productos, la reutilización y reparación es cada vez más complicada. Se diseñan de forma que se hace difícil y caro repararlos. En otro orden de cosas, hemos de tener en cuenta que también es muy importante cómo se recogen los productos, en qué condiciones llegan, ha de hacerse siempre de manera que se preserve al máximo su potencial de preparación para la reutilización. Por ejemplo, si en un punto limpio se tira el aparato desde dos metros de altura a un container, evidentemente no está apostando por la reutilización. Los sistemas de recogida son muy diversos, según la vía de recogida, los aparatos llegan con más posibilidades de reutilización. Son necesarias políticas decididas en materia de recogida, reutilización y ecodiseño, si queremos realmente que la economía circular pase de ser un concepto a una realidad.

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