Miquel Roset: "Se trata de evitar que cada día 30 millones de latas y botellas se abandonen en España"
Berta Chulvi, periodista
Miquel Roset es director de RETORNA, una plataforma que aúna 20 organizaciones, muchas de las cuales llevan más de dos décadas revindicando la vuelta a los envases retornables. Se trata de que los refrescos, las cervezas, los zumos y las aguas se vuelvan a vender con un depósito reembolsable. De esta forma, los envases vacíos no se abandonarían en el entorno, se conseguirían altísimas cuotas de reciclaje de alta calidad y se podrían volver a envasar estas bebidas en envases reutilizables, lo cual ahora no ocurre.
El consumo de bebidas de un solo uso tiene un impacto ambiental muy negativo y la vuelta a un sistema de depósito, que funcionó en España hasta los años 80, tendría grandes beneficios medioambientales y sociales. Retorna, una plataforma que agrupa organizaciones ecologistas, sindicatos, organizaciones de consumidores y también alguna patronal del reciclaje, lleva siete años impulsando su implantación en España.
¿Cuál es el impacto de los envases de un solo uso en España?
Cada día en España se ponen en el mercado 50 millones de bebidas en envases de un solo uso.Una vez consumidas las bebidas, 30 millones de estos envases acaban en un vertedero o perdidos en nuestro entorno terrestre y marino. Son los envases que todos vemos arrojados en los arcenes de las carreteras, por las playas, por los montes, y que también llegan al fondo del mar arrastrados por los ríos. Los productos químicos con los que están hechos estos envases pasan al medio ambiente, contaminando la tierra y el agua, los peces se comen el plástico de las botellas que se degradan en micro partículas, lo confunden con comida, y acaban llegando a nuestros cuerpos, con un grave perjuicio para la salud humana, la de los animales y para el planeta.
¿De quién depende esa vuelta a los envases retornables? ¿Son las empresas productoras las que han de decidirlo?
Podrían ser las empresas productoras las que tomaran esa decisión de forma voluntaria pero es improbable, pues fueron ellas quienes en los 80 apostaron decididamente por los envases de un solo uso y en los 90 por los Sistemas Integrados de Gestión. En realidad, depende de una decisión política. Lo que está pasando en países como Alemania o Escandinavia es que los gobiernos están legislando para que los fabricantes de bebidas, de forma obligatoria, vendan las bebidas otra vez con depósito e impulsando los envases reutilizables, pues es la única vía para asegurar una protección del medio ambiente y de la salud de las personas.
¿Son las Administraciones públicas las que han de impulsar este cambio?
Sí, se necesita el liderazgo político de una administración estatal o autonómica. Es decir, las implantaciones no pueden ser a pequeña escala, por ejemplo, a escala municipal, porque entonces podríamos encontrarnos con prácticas inadecuadas, por ejemplo, que acuden a un municipio a devolver envases personas de otros municipios que previamente no han dejado los 10 céntimos de depósito. La Comunidad Valenciana está empezando a estudiar una iniciativa en este sentido como una vía para evitar los residuos de envases en el medio ambiente. En España hicimos una prueba piloto con la Generalitat de Catalunya y fue un éxito llegando al 92% de recuperación de envases. Además, el sistema de depósito funciona en 41 regiones del mundo: Suecia, Dinamarca, Alemania, Noruega, Islandia, algunos estados de EEUU, Canadá. En Alemania, por ejemplo, están recuperando el 98,5% de los envases que se utilizan.
¿Cuáles son los beneficios sociales de implantar los sistemas de retorno?
Un estudio que hizo ISTAS-CCOO en 2011 estimaba que se crearían en España 14.000 puestos de trabajo. Y sabemos que en Alemania, cuando se implantó el sistema de depósito se crearon 12.500 puestos de trabajo directos netos. Fué un éxito. Con los sistemas de depósito estás cambiando el paradigma: en lugar de gestionar residuos estás gestionado recursos. Para que nos hagamos una idea, en España, si se implantara el sistema de depósito para las bebidas, la cantidad de residuos urbanos que tendrían que gestionar nuestros municipios descendería en un 20 por ciento y la presencia de envases en el entorno se reduciría de manera muy sustancial. Además, es importante decir que los puntos de retorno, que son los comercios, cobran por hacer esta gestión, alrededor de dos céntimos por cada envase. El retorno puede realizarse de forma manual o automática, pues la tecnología para el retorno automatizado de envases está disponible. Así que es el comercio es el que toma la decisión.
¿Cómo se relacionan los sistemas de depósito con el concepto de economía circular?
Los sistemas de depósito son sistemas que cumplen de la mejor de las maneras los principios de la economía circular: los envases dejan de ser un residuo porque tienen valor y lo que conseguimos con esto es que las personas devuelvan el envase vacío a cualquier punto de venta donde se vendan bebidas. Si ese envase es reutilizable, se podrá limpiar y volver a usar. Si se trata de un envase que no se puede reutilizar lo que conseguimos es que se recicle con unos índices de calidad superiores.