Editorial

Estimados lectores y lectoras,

La Ley de Prevención de Riesgos Laborales ya está en vigor. Uno de los derechos que se logran con la puesta en marcha de esta normativa es la elección de aproximadamente 104.000 delegados y delegadas de prevención repartidos en empresas por todo el Estado español, de entre los cuales CC.OO. y UGT comparten más de 80.000.

Se ha llegado a un acuerdo amistoso y unitario entre ambos sindicatos con el fin de desarrollar plenamente la ley. Así, los delegados/as que salgan elegidos podrán recoger las sugerencias de los trabajadores y trabajadoras, negociar con el empresario y vigilar que se cumple la normativa para mejorar las condiciones de trabajo.

En la aplicación de esta ley, el empresario tiene que proporcionar a los delegados y delegadas la formación y medios para que puedan desempeñar su tarea, éstos deben disponer de toda información y de ser consultados ante decisiones relacionadas con la salud laboral y, además, tienen derecho a inspeccionar el centro de trabajo, a formular propuestas e incluso a paralizar la producción ante un riesgo grave e inminente.

Por ser una ley de riesgos laborales no se contemplan objetivos medioambientales, pero esto no significa que los delegados/as de prevención no puedan asumir responsabilidades y competencias en el campo de medio ambiente, sino al contrario. Nuestro interés es que adquieran paralelamente una conciencia de prevención de riesgo tanto en el interior como en el exterior de las empresas, y actúen en consecuencia. Un ejemplo claro de la relación que existe entre el medio ambiente interno y externo es el uso de sustancias tóxicas, pues su presencia en los procesos de producción suponen en primera instancia un riesgo para el trabajador/a que los manipula pero, a su vez, representa un peligro para el medio ambiente y la sociedad en el momento en que esta sustancia sale al exterior en forma de producto, residuo, vertido o emisiones gaseosas. El objetivo, por tanto, será abordar el problema de contaminación del trabajador/a y del medio ambiente en su conjunto, puesto que la solución para ambos suele ser común y radica en la prevención del riesgo en origen, es decir, en el centro productivo.

Los delegados y delegadas de prevención son las personas más adecuadas para conocer los principios de la producción limpia e incentivar su incorporación en la empresa. La aplicación de estos principios a través de la ampliación de competencias de los delegados/as en el campo de actuación medioambiental, pueden buscarse vía negociación colectiva. El sindicato, por su parte, se compromete a poner los medios de información y de formación medioambiental, por ejemplo, con la difusión de este boletín informativo de prevención de la contaminación y producción limpia o de la «Guía de acción medioambiental en las empresas».

Deseamos que se produzca un proceso de elección de delegados y delegadas participativo y unitario con el fin de desarrollar al máximo los derechos que los trabajadores/as hemos adquirido a través de esta normativa, y garantizar la defensa de la salud laboral y el medio ambiente.

Bienvenidos/as los nuevos delegados/as de salud laboral y medio ambiente en los centros de trabajo.

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