Medio Ambiente sanitario

Que el Medio Ambiente impregna (...) nuestra vida familiar, social y laboral es algo que va tomando cuerpo día a día, aunque queda mucho camino por hacer.

Progresivamente se va superando la idea nostálgica y romántica de que el medio ambiente se iniciaba en las laderas de la sierra para conseguir mantener intacta la naturaleza en ese ámbito (agua, árboles, animales, aire). Interesadamente nos lo habían secuestrado y nos lo tenían retenido bien alejado y alto, al que sólo prestaban atención los jóvenes, soñadores, biólogos y los amantes de la naturaleza,...

Las conquistas sociales, políticas y laborales han aportado mucho a la nueva visión progresista que se va teniendo sobre el tema. En el mundo laboral, el medio ambiente ha pasado a formar parte de elementos básicos a reivindicar; los trabajadores se sienten parte de la naturaleza y del mundo socio-laboral, de ahí la toma de conciencia de las condiciones ambientales de esos tres ámbitos en los que se encuentra integrado globalmente para luego ir actuando localmente. Este es un proceso lento de toma de conciencia, donde la información y la formación son recursos fundamentales de gran utilidad.

Hoy, las dramáticas condiciones de vida de los trabajadores en décadas pasadas han cambiado y como consecuencia, han desaparecido algunos riesgos y aparecido otros con nuevas enfermedades. El sector sanitario, dedicado a tareas curativas y reparadoras de enfermedades y accidentes, mucho menos a tareas preventivas en salud pública, apenas ha prestado atención al medio ambiente como elemento a tener en cuenta entre sus objetivos y fines. Más recientemente se empieza a tomar conciencia de que este sector genera riesgos directos e indirectos al medio ambiente desde su actividad productiva y, principalmente desde la generación de residuos, abundantes, variados y peligrosos. Pero de tomar conciencia a fijar medidas preventivas, paliativas y correctoras en la gestión de los residuos (generación, manipulación, traslado, tratamiento y eliminación) hay un largo trecho.

Las decisiones más “progresistas” que se toman por parte de los gestores de la sanidad vienen motivadas por criterios economicistas. Los costes de la sanidad pública se han disparado y entre las muchas medidas para frenar esta escalada se van implantando planes de gestión que rebajen la producción de residuos y, consecuentemente, los costes a un tercio del gasto habitual, que también y como dato positivo, supone cerrar definitivamente las históricas incineradoras hospitalarias.

Pero hay otras decisiones. Tenemos constancia de una que va más allá y consigue certificación ISO 14001 de gestión medioambiental, comprometiéndose a controlar el impacto de las actividades hospitalarias sobre el medio ambiente, a mejorar los procedimientos para reducir esos impactos, atendiendo principalmente al control de residuos, de ruido, de emisiones atmosféricas, de vertidos líquidos, materias primas, recursos naturales, etc. Se complementa esta decisión con una formación e información puntual entre los profesionales, fijando criterios sobre segregación en origen, manipulación, transporte, almacenamiento, esterilización y eliminación de los residuos peligrosos, principalmente; segregación también en origen para facilitar el reciclado de vidrio, papel y cartón. Se complementa su compromiso en un consumo eléctrico más racional, para ello se programa la iluminación y el aire acondicionado en función de las necesidades, lo que conlleva su correspondiente ahorro.

Lo apuntado hasta ahora son excepciones en un sector público en el que trabajan en torno a 400.000 trabajadores y un sector privado también muy numeroso y mucho más atomizado, en el que lamentablemente su compromiso medioambiental presenta un balance mucho más negativo. La tarea que tenemos por delante es ímproba y sorprende que un sector tan conocedor profesionalmente de los riesgos derivados de los diferentes residuos físicos y peligrosos, biosanitarios, tanto para el medio ambiente laboral como para la salud pública, no se vea correspondido por parte de los gerentes de los centros y de las autoridades sanitarias a través de una gestión responsable sobre cada uno de estos residuos con capacidad contaminante y producidos desde numerosos puestos de trabajo, principalmente, en los centros hospitalarios.

Pedro Briso-Montiano

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