Modificar la actual Ley de Aguas: una exigencia democrática

Pablo Frutos y Antonio Ferrer
Históricamente, la planificación y la gestión del agua han sido- y lo siguen siendo-cuestiones tratadas y consensuadas, casi exclusivamente, entre los estamentos técnicos y políticos de las Confederaciones Hidrográficas y los usuarios, es decir, de quienes tienen concesiones administrativas: regantes, empresas energéticas y administraciones locales.

La participación ciudadana está muy alejada de las exigencias de la buena gobernanza del agua y esta circunstancia ha propiciado la defensa de los intereses privativos en detrimento de los intereses generales. Esta situación explica, por ejemplo, que el proceso de participación pública durante el primer ciclo de planificación hidrológica no haya pasado de ser una consulta de carácter meramente formal.

De cara al proceso de planificación hidrológica 2015-2021 se tiene que garantizar la defensa de los intereses generales convergiendo con los intereses privativos y avanzar hacia un mayor consenso en la aprobación de los planes hidrológicos entre las diversas partes interesadas.La Reforma de las Confederaciones Hidrográficas es una demanda histórica para adecuar estos organismos a la sociedad del siglo XXI. Todos los intentos han fracasado. Pero de nuevo proponemos modificar la actual Ley de Aguas y los Reglamentos que la desarrollan, a fin de establecer un modelo de participación pública democrático y eficaz que pase por equilibrar la representación de los diferentes intereses en las Confederaciones Hidrográficas.

Mientras este déficit de participación se mantenga, no podemos esperar a que los Consejos del Agua y las Comisiones de Planificación y Participación Ciudadana se conviertan en instrumentos útiles para atender a una eficaz gobernanza del agua.

En cuanto al proceso de revisión de los Planes Hidrológicos de Demarcación y las medidas incluidas en dichos planes, hay que prestar especial atención a cuestiones tales como:

  1. Los elementos esenciales que determinan su contenido:
    •  El balance hídrico de las demarcaciones.
    • Los usos y demandas del agua: consumo humano, regadío, industrial, ocio, etc
    • El estado ecológico de masas de agua protegidas.
    • Caudales ecológicos.
    • Obra hidráulica en fase actual de construcción y previstas.
  2. Las alegaciones de las distintas organizaciones (regantes, ecologistas, consumidores, Administraciones, etc.) y confrontarlas con nuestros intereses.
  3. Los impactos de los planes y medidas propuestas sobre el empleo.

Asimismo, es necesario hacer el seguimiento del proceso de revisión de la Directiva Marco del Agua, con el fin de evaluar el resultado del mismo en una fase temprana y poder trabajar en la adaptación e inclusión de los cambios y de los nuevos objetivos ambientales en los procesos de planificación hidrológica del Estado español.

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Pablo Frutos. Secretaría Confederal de Salud Laboral y Medio Ambiente de CCOO

Antonio Ferrer Márquez es técnico del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud

 

 

 

 

 

 

 

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