La certificación forestal FSC. Un instrumento esencial para la preservación de los bosques en el mundo

Pese a que hace más de diez años se adoptó el compromiso de trabajar en pro de la conservación y el desarrollo de los bosques en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de Río de Janeiro, la situación de estos ecosistemas no ha mejorado. La mayoría de las superficies forestales del planeta siguen amenazadas por una explotación insostenible de sus recursos y continúan desapareciendo importantes espacios y especies forestales. Las comunidades locales y pueblos indígenas que dependen intrínsecamente de los bosques corren también peligro.

La expansión de la agricultura, la aparición y el desarrollo de todo tipo de infraestructuras y un mercado de la madera y productos forestales insostenible -y, en muchas ocasiones, ilegal son los principales responsables de que anualmente desaparezcan unos 16 millones de hectáreas de bosque en el planeta.

Frente a esta situación, la certificación puede constituir una herramienta para mejorar la gestión de los bosques, permitiendo identificar los productos procedentes de bosques gestionados de forma sostenible, y asegurando así a los consumidores que al adquirir estos productos forestales no están fomentando la destrucción de los mismos, sino que, por el contrario, están fomentando su supervivencia y uso sostenible.

El sistema de certificación forestal del FSC (siglas en inglés del Consejo de Administración Forestal o Forest Stewardship Council) es el único sistema de certificación que se puede aplicar globalmente de forma responsable, garantizando el acceso en condiciones de igualdad de los productos de madera de todos los continentes a los mercados mundiales.

ORIGEN DE LA CERTIFICACIÓN FORESTAL

A instancias de la industria pastero-papelera de Canadá y Australia, y con el objeto de establecer un marco normativo internacional de certificación, la Organización Internacional de Normalización (ISO) ha promovido en los últimos años la aplicación de las normas ISO 14.001 y 14.004 como información de apoyo a las organizaciones forestales para facilitar la aplicación de los sistemas de gestión ambiental.

La Guía ISO/IEC 2:1991 define la certificación forestal como «un proceso en el que una tercera parte independiente asegura mediante una declaración escrita que un producto, proceso o servicio cumple unos determinados requisitos o exigencias» o, siguiendo la norma UNE 162.001:2001, como «el procedimiento por el cual una tercera parte independiente proporciona una garantía escrita de que la gestión forestal es conforme con una especificación técnica».

En diciembre de 1998, el Consejo de la UE adoptó una resolución relativa a la certificación forestal sobre la base de la ESTRATEGIA FORESTAL EUROPEA, por la cual: «Los sistemas de certificación forestal son instrumentos de mercado para mejorar el conocimiento de los consumidores sobre la gestión forestal sostenible y para estimular la utilización de madera y de los productos forestales como materias primas renovables y respetuosas del medio ambiente. Las certificaciones deben ser voluntarias, creíbles, transparentes, de libre acceso, y tener una baja relación costo/eficacia. Un punto esencial para garantizar la credibilidad debe ser el control independiente de la gestión de los bosques

Así, para poder ofrecer al mercado cualquier producto con un etiquetado creíble, será preciso certificar dos componentes (Ver Figura 1): Auditoría Forestal y Certificación del Producto.

La AUDITORÍA FORESTAL consiste en la inspección sobre el terreno de la gestión forestal que es aplicada a un monte o territorio (normalmente denominado Unidad de Gestión Forestal –UGF-), confrontándola con unos estándares específicos que originará la Certificación de la gestión forestal sostenible.

La Certificación del Producto será la CERTIFICACIÓN DE LA CADENA DE CUSTODIA (CDC), el proceso mediante el que se verifica el origen de la materia prima necesaria para elaborar un producto. Se efectúa mediante el seguimiento de la misma desde su extracción en el monte o UGF y a lo largo de todos los pasos del procesamiento, transporte y distribución del producto.

En los últimos años se han desarrollado numerosos esquemas de certificación, como el Sistema de Certificación Forestal FSC (Forest Stewardship Council) a nivel mundial, el Pan European Forest Certification (PEFC) de ámbito europeo, el Sustainable Forestry Initiative (SFI) de aplicación en Estados Unidos y Canadá, el ATFS (American Tree Farm System, Sistema de Cultivo de Árboles en América), o la CSA (Canadian Standards Association, Asociación de Estándares Canadienses). En la actualidad, existen más de 140 millones de hectáreas certificadas bajo diferentes sistemas en el mundo.

Sin embargo, la existencia de sellos que usan el eslogan «gestión sostenible» no siempre constituye una garantía de este extremo. De hecho, existe en la actualidad en muchos sectores la preocupación de que el avance de sistemas de certificación regionales dominados por el sector económico forestal pudieran no suponer una mejora en la gestión de nuestras masas forestales ni un desarrollo equilibrado entre intereses económicos, sociales y ambientales sino, simplemente, una operación de márketing.

Para las organizaciones españolas de ayuda al desarrollo, ecologistas y de defensa de los pueblos indígenas y sindicatos como CCOO, el sistema de certificación del FSC es el único que proporciona un sistema de certificación aceptable de una buena gestión forestal, ya que ha demostrado garantizar una mejora significativa de la gestión de los bosques de Europa, los derechos de los pueblos indígenas (como los pastores de renos en Finlancia) y el respeto por completo de la Agenda 21 (UNCED). El FSC da a todos los grupos de interés representación y competencia para tomar decisiones de forma equitativa y asegura la compatibilidad internacional evitando problemas de reconocimiento global.

¿QUÉ DEBEMOS PEDIR A UN SISTEMA DE CERTIFICACIÓN FORESTAL?

  1. Que sea PARTICIPATIVO, respetando el equilibrio de intereses según demanda la Agenda Local 21.
  2. Que desarrolle un PROCESO TRANSPARENTE, con disponibilidad de informes, y con mecanismos de participación y de resolución de conflictos. 
  3. Que exija el cumplimiento de unos ESTÁNDARES DE MÍNIMOS AMBIENTALES Y SOCIALES verificables en el monte.
  4. Que las inspecciones se realicen por una TERCERA PARTE INDEPENDIENTE.
  5. Que sea un PROCESO VOLUNTARIO, con participación activa de los propietarios forestales.
  6. Que sea de APLICABILIDAD GLOBAL, pues el mercado de los productos forestales lo es.

QUÉ ES EL FSC

El Consejo de Gestión Forestal (Forest Stewardship Council –FSC) es una entidad internacional sin ánimo de lucro cuya función es acreditar a las organizaciones certificadoras, con el objeto de garantizar la autenticidad de las acreditaciones forestales. Su misión es promover una gestión ambientalmente responsable, socialmente beneficiosa y económicamente viable de los bosques del mundo mediante el establecimiento de un marco global de principios para la gestión forestal reconocidos y respetados, y adaptados a las condiciones locales.

Independencia, participación y equidad. FSC aglutina, bajo el principio fundamental de la participación, a propietarios forestales, industria, comunidades locales y pueblos indígenas, organizaciones ecologistas, sindicatos, etc., en tres cámaras (Social, Ambiental y Económica), de igual peso y, a su vez, con representación al 50% de países del «Norte» y del «Sur».

Desarrollo y arbitraje. FSC ha conseguido conciliar a sectores tradicionalmente enfrentados allí donde se ha aplicado, permitiendo armonizar la conservación de los valores naturales y sociales de los bosques con los intereses de la industria y de los propietarios forestales.

ELEMENTOS CENTRALES DE LA CERTIFICACIÓN DE GESTIÓN FORESTAL DEL FSC

La certificación FSC pretende mejorar la gestión forestal mediante incentivos de mercado basándose en la evaluación de los aspectos sociales, ambientales y económicos de la gestión de bosques, desarrollados a través de 10 PRINCIPIOS Y 56 CRITERIOS (PyC), aplicables a masas forestales de cualquier parte del mundo, marcando el umbral mínimo de compromiso que debe alcanzar cualquier propietario o gestor forestal que desee acceder al sello FSC.

PRINCIPIOS DEL FSC

  1. La gestión forestal deberá respetar todas las leyes nacionales, los tratados y los acuerdos internacionales de los que el país es signatario, y deberá cumplir con todos los Principios y Criterios del FSC.
  2. La tenencia y los derechos de uso a largo plazo sobre la tierra y los recursos forestales deberán estar claramente definidos, documentados y legalmente establecidos.
  3. Los derechos legales y consuetudinarios de los pueblos indígenas para poseer, usar y gestionar sus tierras, sus territorios y recursos deberán ser reconocidos y respetados.
  4. La gestión forestal deberá mantener o elevar el bienestar social y económico de los trabajadores forestales y de las comunidades locales a largo plazo.
  5. La gestión forestal deberá promover el uso eficiente de los múltiples productos y servicios del bosque para asegurar la viabilidad económica, y una amplia gama de beneficios ambientales y sociales.
  6. Toda gestión forestal deberá conservar la diversidad biológica y sus valores asociados, los recursos de agua, los suelos y los ecosistemas frágiles únicos, además de los paisajes. Al realizar estos objetivos, podrán mantenerse las funciones ecológicas y la integridad del bosque.
  7. Deberá prepararse, aplicarse y actualizarse un Plan de Gestión escrito de acuerdo a la escala y a la intensidad de las operaciones propuestas. El mismo deberá establecer claramente los objetivos de la gestión y los medios para lograr estos objetivos.
  8. Deberán evaluarse – de acuerdo a la escala y a la intensidad de la gestión forestal– la condición del bosque, el rendimiento de los productos forestales, la cadena de custodia y la actividad de la gestión y sus impactos sociales y ambientales.
  9. Las actividades de gestión en bosques con alto valor de conservación mantendrán o incrementarán los atributos que definen a dichos bosques. Las decisiones referentes a los bosques con alto valor de conservación deberán tomarse siempre desde el Principio de Precaución.
  10. Las plantaciones deberán ser planificadas y gestionadas de acuerdos con los Principios y Criterios 1 y 9 y con los Criterios del Principio 10. Si bien las plantaciones pueden proporcionar una serie de beneficios sociales y económicos y pueden contribuir a la satisfacción de necesidades de productos forestales del mundo, éstas deberán complementar la gestión de los bosques, reducir la presión sobre los mismos y promover su restauración y conservación.

CERTIFICACIÓN Y FSC EN ESPAÑA

España importa madera y productos derivados, y produce madera, productos maderables y manufacturados hacia un mercado cada vez más exigente desde el punto de vista medioambiental. Pero parte de la madera que llega a nuestro país es ilegal o procede de países con conflictos bélicos.

La otra cara de la moneda es la demanda creciente de madera certificada en nuestro país que se ha observado en los últimos años, que se ha traducido en un mayor número de importaciones de madera FSC entre 1998 y 2002. En 2001, por ejemplo, unos 4.000 metros cúbicos de madera procedían de sistemas de gestión forestal sostenibles certificados.

En 1998, y promovido por la organización ecologista WWF/Adena, se creó el WWF-Grupo 2000 para promover la gestión forestal responsable en nuestro país. Los miembros del WWF-Grupo 2000, en este momento 18 empresas y organizaciones españolas, están comprometidos con la producción y consumo preferente de productos forestales certificados por el FSC.

Algunas Administraciones locales, autonómicas y estatales de nuestro país están comenzando a jugar un importante papel en el fomento del uso de madera certificada. El Cabildo de Gran Canaria se convirtió en la primera administración que consiguió el sello FSC como garantía de una gestión social y ambiental; el Ayuntamiento del Prat del Llobregat (Barcelona) ha asumido desde 1996 una política municipal comprometida con los acuerdos de la Cumbre de Río (con Agenda 21 incluida) y exige en los pliegos de cláusulas administrativas para la contratación de productos (mobiliario urbano, por ejemplo) que la madera tenga un certificado forestal emitido por una organización independiente. Este ayuntamiento fue el primero, pero Barcelona, Reus, Sant Boi del Llobregat o Espluges han seguido este ejemplo.

La empresa Bosques Naturales S.A. ha sido la primera en conseguir en nuestro país el sello FSC en dos de sus fincas, ubicadas en Girona y Cáceres, con unas 450 ha. La actividad de esta empresa privada se orienta a la producción intensiva de especies forestales de crecimiento rápido (cerezos, nogales, perales, etc.) como producto financiero.

Más información:

Eva Hernández Jorge
ISTAS
C/ General Cabrera, 21
28020 Madrid
Tel. 91 449 10 37
E-mail: ehernandez@istas.ccoo.es

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