REACH, una oportunidad para reducir el riesgo tóxico

El Consejo de Ministros de la UE y el Parlamento están debatiendo la propuesta REACH (Registro,Evaluación y Autorización de Sustancias Químicas),cuyo objetivo es reducir el impacto de las sustancias tóxicas sobre el medio ambiente y la salud. Los movimientos sociales y ambientalistas, por un lado, y la industria química, por otro, han planteado sus propuestas. Está por ver si, finalmente, REACH se convierte en una herramienta eficaz para la mejora del medio ambiente y la salud, como piden los primeros, o queda diluido en una serie de normas que apenas modifican la situación actual.

“...teniendo en cuenta nuestro conocimiento de la forma en que las sustancias químicas interactúan con el medioambiente, estamos desarrollando un gigantesco experimento con personas y todas las otras formas de vida”. Sir Tom Blundell, presidente de la Comisión Real sobre la Contaminación Ambiental del Reino Unido.

La producción de ciertos productos químicos peligrosos (p.e. cancerígenos, mutágenos, teratógenos y reprotóxicos) ha aumentado durante la última década. Existe un desconocimiento general en cuanto al efecto de dichas sustancias sobre el medio ambiente y la salud humana, en especial en lo relacionado con la degradación, la transformación, los productos derivados y la exposición a mezclas. Sólo un 3% de las sustancias químicas producidas en grandes volúmenes (más de 1000 toneladas por año) han sido evaluadas totalmente. La incertidumbre es mayor sobre las restantes 75.000 sustancias producidas en menores cantidades en el mercado europeo.

REACH (Registro, Evaluación y Autorización de Sustancias Químicas) ha abierto un nuevo marco de discusión sobre las dimensiones del riesgo químico en la Unión Europea y en el resto del mundo. Tras el consensuado reconocimiento del fracaso del modelo actual, se presenta un nuevo horizonte que pretende abordar todos los retos en una misma estrategia: trasladar la responsabilidad a la industria, abordar de forma integrada todos los aspectos de salud laboral, salud pública y de medio ambiente, fomentar la sustitución de sustancias más peligrosas, redefinir el papel de la Administración en el control del riesgo químico, proporcionar información básica sobre las sustancias químicas más utilizadas, potenciar la innovación de sustancias y procesos más verdes y saludables o incrementar el conocimiento y poder de decisión de los consumidores, trabajadores y usuarios.

VENTAJAS DEL SISTEMA

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Las ventajas de este nuevo sistema son claras. Para la industria química, se simplifica la normativa, se potencia la innovación de una química verde y sostenible y se devuelve la confianza de esta industria a la sociedad. Para las empresas usuarias de sustancias químicas, puesto que se eliminan muchos riesgos y costes derivados del uso y gestión de sustancias peligrosas. Para los trabajadores y consumidores, al reducir los riesgos y enfermedades, mejoran su calidad de vida y sus condiciones de trabajo. Para el medio ambiente, al reducirse la carga química de los ecosistemas. Y para las administraciones, al verse liberadas de la demostración de la inocuidad de las sustancias; otra ventaja añadida para el sector público, será la importante reducción de costes.

Desde la publicación del Libro Blanco sobre sustancias químicas (2001) hasta la propuesta de REACH, que actualmente se debate en el Consejo de Ministros europeo y en el Parlamento Europeo, en la Unión Europea se han celebrado múltiples foros de debate entre los diversos interlocutores, consultas públicas (p.e. a través de internet) y elaborado diversos borradores. A pesar de que las voces más representativas de los intereses sociales y ambientales han identificado numerosas debilidades y han sugerido mejoras para que REACH se convirtiera en una herramienta con capacidad real para responder al problema químico, hasta ahora, las propuestas se han ido “descafeinando” a favor de las demandas (y amenazas) de la industria química.

El proceso está en manos de nuestros gobiernos y parlamentarios. No hay duda de que tendremos REACH como marco, pero sus objetivos y requisitos finales aún son inciertos.

A partir de la propuesta REACH sólo caben tres opciones: a) la UE se destaca por impulsar en la práctica el desarrollo sostenible (en cuanto que equilibrio entre lo económico, social y ambiental), introduciendo aspectos indispensables para proteger la salud y el medio ambiente, convirtiendo a REACH en un referente para el mundo; b) la UE muestra su debilidad y deja a REACH en la diluida versión actual; c) los Estados miembros y el Parlamento ceden ante las presiones de un solo sector de producción, ignorando todos los beneficios para la sociedad y el medio ambiente y aprueban una nueva normativa que pone algunos parches pero que continúa sin resolver los problemas de fondo.

¿Quién gobierna realmente en la UE? Está por ver.

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