Teresa Ribera

Directora de la Oficina Española de Cambio Climático

“La energía nuclear no puede resolver el cambio climático y satisfacer la demanda energética a nivel global y sí puede plantear otros problemas”

 

España aumentó sus emisiones en 2005 en un 53% respecto a 1990. Es el país industrializado donde más se han incrementado.

¿A qué atribuye este incremento?

Dos factores han de tenerse en cuen-ta al analizar el comportamiento de nuestras emisiones en los últimos quin-ce años: el incremento del PIB y el cre-cimiento demográfico experimentado. La situación climatológica del últi-mo año ha impedido mantener los nive-les medios de uso de los recursos hidro-eléctricos propios de un año hidráulico normal (ni muy lluvioso ni muy seco) y la disminución de la generación de ori-gen nuclear por paradas técnicas en dos centrales tampoco ha ayudado. Con ello no pretendo obviar el mal dato pe-ro sí subrayar el hecho de que 2005 ha dado muestras interesantes de cambio de tendencia. Por primera vez la de-manda energética ha mostrado signos evidentes de desaceleración y todo apunta a que esa tendencia quedará consolidada en 2006.

 

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La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, insiste en que España va a cumplir con Kioto, pero la realidad parece que va por otro lado.
¿Cómo vamos a conseguirlo? ¿Qué medidas se van a adoptar?
En dos años este Gobierno ha apro-bado el conjunto de decisiones más importante jamás adoptado en España en materia de lucha contra el cambio climático. Contamos ahora con un amplio abanico de medidas legislativas y planes tendentes a lograr el objetivo adquirido por nuestro país con la rati-ficación del Protocolo de Kioto. Hay que destacar del Plan de Ac-ción de la Estrategia de Ahorro y Efi-ciencia Energética (E4) aprobado en 2005 como principal medida que con-tribuirá a la reducción de emisiones de CO2 en los conocidos como sectores difusos. Y también el Plan de Energías Renovables 2005-2010, que persigue una contribu-ción de las fuentes reno-vables del 12,10% del consumo de energía primaria en el año 2010, una producción eléctrica con estas fuentes del 30,3% del consu-mo bruto de electricidad y un consu-mo de biocarburantes del 5,83% sobre el consumo de gasolina y gasóleo pre-visto para el transporte.

 

Da la impresión de que no existe un Plan Nacional para cumplir con Kioto, de que algunos ministerios se desmarcan de los planteamientos del Ministerio de Medio Ambiente en esta materia
Desde el Ministerio de Medio Am-biente no podemos compartir esta opi-nión. La acción del Gobierno en la lu-cha contra el cambio climático se realiza de forma coordinada. Todos han adoptado relevantísimas medidas en sus correspondientes campos de ac-tuació lo que implica que, por primera vez están presentes, con una dotación económica muy importante en algunos casos de políticas energéticas, industria-les, de promoción del comercio exte-rior, de cooperación al desarrollo, de vivienda, de investigación, etc., en las que la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, el mejor conocimiento sobre los efectos del cambio climático, las estrategias de adaptación al mismo y el cumplimiento de nuestros compromisos con arreglo al Protocolo de Kioto están presentes.

 

Dentro de la estrategia nacional para cumplir con Kioto, ¿qué papel debe jugar la sociedad civil, en concreto, los sindicatos?

Se han creado mesas de diálogo en-tre el Gobierno, la CEOE y UGT y CCOO, a nivel confederal y sectorial, para analizar los efectos de la aplicación del PNA. Estas mesas permitirán iden-tificar y generalizar las mejores respues-tas al desafío del PNA que comporten incremento de la actividad económica y del empleo, así como prevenir y gestio-nar eventuales efectos adversos.

 

¿La energía nuclear es una opción frente al cambio climático? 
La energía nuclear no puede resolver el cambio climático y satisfacer la de-manda energética a nivel global y sí puede plantear otros problemas. Es una energía que emplea combustible dispo-nible en cantidad limitada y requiere condiciones de estabilidad y seguridad muy importantes. Tenemos que ser congruentes con respecto a los mensa-jes y alternativas tecnológicas que ofre-cemos a los países en desarrollo.

 Javier Morales  

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