Reforestar con criterio

Francisco Javier Cabezos, Secretario de Medio Ambiente de FSC-CCOO. Luis Molina, Secretaría de Medio Ambiente de FSC

Se entiende como restauración forestal "un proceso planificado que ayuda a recobrar la integridad ecológica y mejora de la calidad de vida de los humanos en los lugares deforestados o degradados" (WWF/UICN, Forest Reborn Proyect; 1999).

Los planes, programas y proyectos de restauración forestal se han establecido en España según los óptimos ambientales o de producción maderera, olvidando o dejando en un muy segundo plano el aspecto social y generando así una muy negativa desvinculación de la población rural con las repoblaciones y los bosques.

Hemos tenido una historia plagada de planes de repoblaciones o forestaciones que nunca fueron restauraciones forestales en el sentido de su definición, por no integrar en su justa medida el aspecto humano -desde los criterios que abandera CCOO- basados en la convergencia de conservación del medio ambiente con la creación y mantenimiento de empleo de calidad.

Pero a pesar de la gran experiencia del pasado, donde las repoblaciones de la dictadura tuvieron distintos fines, unos políticos (repoblación de cientos de miles de hectáreas como bandera de éxito), otros sociales (dar jornales en zonas donde había hambre) o económicas (búsqueda de maximizar la producción forestal con eucaliptos y otras especies forestales), no se priorizaron criterios de sostenibilidad en relación al medio ambiente ni al empleo y riqueza en el medio rural. No todo fue un fracaso. Algunas de ellas han sido un éxito que se ha prolongado hasta nuestros días, pero otras, las más, dejan mucho que desear en lo ambiental, social y económico.

Nos volvemos a equivocar en el presente con las forestaciones agrarias de la Política Agraria Común (PAC). Bajo la justificación de la retirada de tierras agrarias marginales y ayuda a las rentas agrarias, se han repoblado cientos de hectáreas sin una estrategia a medio y largo plazo y sin contemplar las necesidades de planificación contra los incendios forestales ni las prioridades de restauración forestal. Es decir, ajenas a cualquier política o planificación forestal en las que deberían estar enmarcadas. En cuanto al empleo, ha sido escaso y puntual, sin generar por lo tanto una sostenibilidad de éste que concluyera con un sector estable tanto en sus condiciones laborales como en su continuidad en el tiempo.

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En CCOO estamos preocupados por un futuro incierto en el que la plantación de árboles para el secuestro de carbono al albor del cambio climático puede convertirse en un desastre si no se integran en políticas forestales y en el tejido productivo, máxime desde el triste conocimiento de que sólo el 13% de nuestras masas forestales tiene algún plan de gestión y que los incendios forestales arrasan miles de hectáreas todos los años, ante el abandono de los montes.

Criterios en la restauración forestal

Nos preocupa ver cómo se confunden muchas veces las estrategias con las técnicas, sobre todo cuando se discuten los proyectos únicamente desde la utilización de una especie o un tratamiento del terreno (técnicas o herramientas o especies) y no se trata con el mismo y prioritario ahínco el objetivo mismo de la restauración. Las técnicas deben estar supeditadas a los objetivos de la estrategia y estas técnicas serán buenas o malas dependiendo de si nos ayudan o no a obtener los fines perseguidos.

Los criterios deben cubrir los aspectos ambiental, social y económico:

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  1. Ambientales. Cualquier plan o programa de restauración forestal autonómico debe pasar por una evaluación ambiental de planes y programas, según la legislación vigente. Las repoblaciones de 50 hectáreas -e incluso para menores superficies- que puedan suponer graves transformaciones ecológicas deberán llevar aparejado preceptivamente un procedimiento de evaluación de impacto ambiental (estatal), según hayan establecido las distintas normativas autonómicas. 
  2. Sociales. Las restauraciones forestales deben plantearse desde el consenso de las partes implicadas, desde los movimientos sociales hasta las administraciones públicas, especialmente las locales, y las restauraciones deben realizarse por trabajadores formados y remunerados. El voluntariado es una actividad educativa, no productiva. La restauración tiene que ser tratada como un yacimiento de empleo que, combinado con otros trabajos forestales dentro de la gestión forestal y de la lucha contra incendios, pueda generar empleo directo e indirecto, viveros, transportes, utillajes, maquinaria y otros. 
  3. Económicas. El producto forestal que originará la restauración forestal es una buena alternativa frente al producto mineral o petróleo y no renovable, tanto desde el punto de vista de la balanza comercial del Estado como del de la generación de empleo, así como de costes. Y no hablamos únicamente de la madera, sino también de otros productos más olvidados, como el corcho, resina, biomasa, hongos, pastos para el ganado, frutos.... que pueden volver a tener una gran pujanza en la actual coyuntura económica.

Especialmente en estos tiempos de crisis, al no tener un sistema productivo ampliamente diversificado y con altas cifras de desempleo, debemos poner el acento en que las restauraciones forestales tengan un marcado sentido socioeconómico como parte del giro estratégico que debe dar la economía española, no sólo por el cambio climático o por la conservación de un paisaje. Los trabajadores y trabajadoras de las áreas rurales tienen que tener una oportunidad de empleo de calidad en una transición justa hacia un modelo de economía sostenible, y en los bosques puede estar una parte de la solución.

La generación de empleo y riqueza en el sector forestal es importante también para romper el divorcio existente entre la ciudadanía y el bosque. Desgraciadamente, el bosque es visto en muchas ocasiones como un elemento decorativo, incluso como un problema (incendios forestales) y no como un elemento indispensable, necesario y con una gran potencialidad socioeconómica.

La experiencia nos dice que cuando un área forestal crea puestos de trabajo y riqueza, que tiene planes de gestión forestales integrados en el desarrollo económico y social de la zona, y por lo tanto, existe una vinculación de las personas con su medio natural, los incendios forestales son poco frecuentes y de escasas proporciones.

Un criterio indispensable en cualquier plan, estrategia o restauración forestal es la de generar empleos en las áreas rurales con recursos forestales:

  • Con calidad, salario y estabilidad
  • Con formación
  • Con prevención de sus riesgos laborales
  • A lo largo de todo el año
  • Con igualdad de género
  • Y que su trabajo tenga el reconocimiento social que merece

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