Movilidad Cero Emisiones: cómo crear empleo reduciendo nuestra huella

Albert Vilallonga

En un momento de posible pérdida de empleo en el sector del automóvil con la irrupción del coche eléctrico, la movilidad sostenible, considerada desde una perspectiva amplia que incluya todos los sectores, puede ser parte de la solución en el camino hacia una transición justa en el sector del transporte

 

En el proceso obligado e imprescindible de descarbonización del transporte y la movilidad en España se hace necesaria una apuesta decidida para dar un mayor impulso al conjunto de modos y servicios de movilidad más sostenibles de cero emisiones. Todo ello en un contexto de innovación, digitalización y enverdecimiento de la economía en consonancia con los objetivos que marca el Pacto Verde Europeo y su manifestación en España. Pero también, dentro de un proceso de transición justa en el que la desaparición de empleo en los sectores más obsoletos y contaminantes del transporte se vea compensado y superado, si cabe, por la generación de empleo en otros sectores, tanto de la fabricación de vehículos como de la prestación de servicios de transporte. 
Con este doble reto de descarbonizar el transporte y generar nuevo empleo en España se hace necesario dar un mayor impulso a las nuevas políticas de movilidad sostenible, en términos ambientales, sociales y económicos para alcanzar estos objetivos. Por ello, es necesario dar mayor valor y visibilidad a las potencialidades de desarrollo que tiene este sector del transporte en nuestro país. Y, aún más, teniendo en cuenta el nuevo marco normativo que se abre con la futura Ley de Movilidad Sostenible española, actualmente en proceso de tramitación, que dará un mayor impulso al modelo de movilidad cero emisiones. Ley que tiene por objeto “establecer las condiciones necesarias para que los ciudadanos y las empresas puedan disfrutar de un sistema de movilidad sostenible, justo e inclusivo como herramienta para lograr una mayor cohesión social y territorial, contribuir a un desarrollo económico resiliente y alcanzar los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero y calidad del aire”. Lo que dará una gran oportunidad que habrá que aprovechar de desarrollo de todo el tejido empresarial implantado en España de los sectores del transporte relacionados con este cometido.
En un momento de posible pérdida de empleo con la irrupción de la movilidad eléctrica, principalmente en el seno de la industria del automóvil, es necesario tener una visión completa y amplia del sector del transporte de personas y, por ello, hay que referirse al destacado papel que juega el extenso y diversificado campo del transporte sostenible cero emisiones. Una suma de sectores que pueden tener un doble papel, por un lado, intensificar la lucha contra el cambio climático y las emisiones contaminantes y, por otro lado, generar empleo de calidad en el marco de una transición energética i justa. 
Estos sectores de transporte constituyen un sinfín de empresas que representan multitud de sectores productivos y servicios del ámbito público y privado y de gran relevancia ya en la actualidad en el tejido empresarial español. Son actividades con un gran potencial de crecimiento en las cuales hay que apostar decididamente, tanto en su vertiente industrial como en los servicios, algunas de las cuales ya tienen una gran proyección internacional y fuertes perspectivas de futuro. 
Lo que no quita que no sean sectores que deban hacer frente a retos mayúsculos para pervivir, por ejemplo, en el sector de la producción de autobuses y autocares donde aún la tracción diésel predomina, es ineludible la electrificación de los vehículos con más razón cuando la industria asiática ahora es la dominante y hegemónica en el desarrollo, fabricación y exportación de este tipo de vehículos eléctricos. 
En consecuencia, la industria instalada en España debe asumir riesgos y transformarse. Para ello, las administraciones públicas junto con las empresas deben trabajar conjuntamente en la transformación de este sector para ser competitivos en este mundo global y así las empresas y el empleo asociado tengan garantías de continuidad y crezca. Y ello pasa ineludiblemente por trazar un plan de impulso del sector que contemple, entre otros aspectos, la formación de las personas trabajadoras y la inversión en innovación basada en la descarbonización y la digitalización de los vehículos. Todo ello, en un momento crucial donde hay una apuesta clara por la renovación y expansión de las flotas de autobuses públicos con una demanda cada vez mayor de vehículos de tracción eléctrica. Proceso que se está intensificando y que representa una oportunidad que hay que aprovechar para dar un impulso definitivo y consolidar la industria de fabricación de autobuses y autocares.
Como muestra de la fortaleza y diversificación de la actividad del transporte cero emisiones tenemos la potente y pujante industria de fabricación de ferrocarriles. Ferrocarril que incluye trenes, metros y tranvías que mayoritariamente son de tracción eléctrica. Un sector que acapara múltiples subsectores asentados en España que lo componen, llegando a formar un complejo ecosistema que nutre toda su cadena de valor. 
La otra gran porción del transporte de personas para lograr una movilidad cero emisiones es la vertiente de la prestación de servicios de transporte colectivo de personas. El papel que juega el transporte público en la movilidad de las personas está en plena expansión y, en consecuencia, está transformando el modelo de movilidad avanzándolo hacía la descarbonización y aparejado a ello ha generado y va a generar miles de nuevos empleos.
Otro sector de la movilidad que va ganando cuotas de presencia año tras año en la movilidad cotidiana es el de bicicleta y otros vehículos de movilidad personal como son los patinetes. Lo que tiene su traslación directa en un aumento constante de la fabricación en nuestra geografía. Y, a ello, hay que sumar los más sistemas públicos de préstamo de bicicletas que se reparten por nuestras ciudades y que van en aumento. 
Asimismo, contamos con una creciente constelación de empresas que ofrecen una gran diversidad de servicios de movilidad, sustentados en la sostenibilidad y la digitalización. Servicios de movilidad que protagonizan un aumento constante de los desplazamientos en territorio español. Empresas de vehículos compartidos (sharing de bicicletas, patinetes, motocicletas y turismos). Contando alguna de ellas con la participación en su gestión de algunas de las principales empresas automovilísticas. Igualmente, están naciendo y expandiéndose otras organizaciones que ofrecen nuevas soluciones de movilidad como son servicios a la demanda de autobuses o servicios de intermodalidad, combinando diferentes modos de transporte en un formato de red.
En definitiva, centenares de empresas y millares de personas trabajadoras que completan un sector que es y será responsable, en gran medida, de ayudar a alcanzar los grandes retos de la movilidad actual y del futuro. Es decir, una movilidad con menos emisiones, más eficiente, más segura, más saludable y más inclusiva. Sectores que están llamados, según lo que marcan las políticas públicas a tener cada vez más importancia en la configuración del sistema de movilidad lo que puede y debe significar una oportunidad única que hay que aprovechar para impulsar el tejido empresarial estatal y, en consecuencia, generar más empleo verde.
En este escenario de cambios profundos en el sector del transporte en su globalidad, el objetivo deberá ser que estos no sean traumáticos para el tejido empresarial y las personas trabajadoras. Pues todas las previsiones afirman que las transformaciones en el sector del automóvil van a sacudir la industria tradicional y, en consecuencia, a afectar el empleo provocando una merma a raíz de la incorporación del vehículo eléctrico y la automatización del proceso productivo. Para ello, se deberá planificar un programa de transición justa, mediante una alianza entre todos los agentes económicos y sociales, juntamente con las administraciones públicas, para así, potenciar la creación de nuevos puestos de trabajo que contrarresten los que desaparezcan y, a su vez, garantizar que estos nuevos sean ocupados por los trabajadores con riesgo o que hayan perdido el trabajo. Y es aquí donde la movilidad alternativa cero emisiones deberá jugar un papel protagonista y cada vez más relevante, por ello es imprescindible apostar fuerte por su desarrollo y este, justamente, es uno de los principios que defenderá este estudio que estamos elaborando des de la Fundación 1º de Mayo de CCOO.

En el proceso obligado e imprescindible de descarbonización del transporte y la movilidad en España se hace necesaria una apuesta decidida para dar un mayor impulso al conjunto de modos y servicios de movilidad más sostenibles de cero emisiones. Todo ello en un contexto de innovación, digitalización y enverdecimiento de la economía en consonancia con los objetivos que marca el Pacto Verde Europeo y su manifestación en España. Pero también, dentro de un proceso de transición justa en el que la desaparición de empleo en los sectores más obsoletos y contaminantes del transporte se vea compensado y superado, si cabe, por la generación de empleo en otros sectores, tanto de la fabricación de vehículos como de la prestación de servicios de transporte. 

Con este doble reto de descarbonizar el transporte y generar nuevo empleo en España, se hace necesario dar un mayor impulso a las nuevas políticas de movilidad sostenible, en términos ambientales, sociales y económicos para alcanzar estos objetivos. Por ello, es necesario dar mayor valor y visibilidad a las potencialidades de desarrollo que tiene este sector del transporte en nuestro país, algo que estamos estudiando desde la Fundación 1º de Mayo en el proyecto Cero Emisiones y que será objeto de un estudio que publicaremos en los próximos meses. Y, aún más, teniendo en cuenta el nuevo marco normativo que se abre con la futura Ley de Movilidad Sostenible española, actualmente en proceso de tramitación, que dará un mayor impulso al modelo de movilidad cero emisiones. Ley que tiene por objeto “establecer las condiciones necesarias para que los ciudadanos y las empresas puedan disfrutar de un sistema de movilidad sostenible, justo e inclusivo como herramienta para lograr una mayor cohesión social y territorial, contribuir a un desarrollo económico resiliente y alcanzar los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero y calidad del aire”. Lo que dará una gran oportunidad que habrá que aprovechar de desarrollo de todo el tejido empresarial implantado en España de los sectores del transporte relacionados con este cometido.

En un momento de posible pérdida de empleo con la irrupción de la movilidad eléctrica, principalmente en el seno de la industria del automóvil, es necesario tener una visión completa y amplia del sector del transporte de personas y, por ello, hay que referirse al destacado papel que juega el extenso y diversificado campo del transporte sostenible cero emisiones. Una suma de sectores que pueden tener un doble papel, por un lado, intensificar la lucha contra el cambio climático y las emisiones contaminantes y, por otro lado, generar empleo de calidad en el marco de una transición energética y justa. 

Estos sectores de transporte constituyen un sinfín de empresas que representan multitud de sectores productivos y servicios del ámbito público y privado y de gran relevancia ya en la actualidad en el tejido empresarial español. Son actividades con un gran potencial de crecimiento en las cuales hay que apostar decididamente, tanto en su vertiente industrial como en los servicios, algunas de las cuales ya tienen una gran proyección internacional y fuertes perspectivas de futuro. 

Lo que no quita que no sean sectores que deban hacer frente a retos mayúsculos para pervivir, por ejemplo, en el sector de la producción de autobuses y autocares donde aún la tracción diésel predomina, es ineludible la electrificación de los vehículos con más razón cuando la industria asiática ahora es la dominante y hegemónica en el desarrollo, fabricación y exportación de este tipo de vehículos eléctricos. 

En consecuencia, la industria instalada en España debe asumir riesgos y transformarse. Para ello, las administraciones públicas junto con las empresas deben trabajar conjuntamente en la transformación de este sector para ser competitivos en este mundo global y así las empresas y el empleo asociado tengan garantías de continuidad y crezca. Y ello pasa ineludiblemente por trazar un plan de impulso del sector que contemple, entre otros aspectos, la formación de las personas trabajadoras y la inversión en innovación basada en la descarbonización y la digitalización de los vehículos. Todo ello, en un momento crucial donde hay una apuesta clara por la renovación y expansión de las flotas de autobuses públicos con una demanda cada vez mayor de vehículos de tracción eléctrica. Proceso que se está intensificando y que representa una oportunidad que hay que aprovechar para dar un impulso definitivo y consolidar la industria de fabricación de autobuses y autocares.

Como muestra de la fortaleza y diversificación de la actividad del transporte cero emisiones tenemos la potente y pujante industria de fabricación de ferrocarriles. Ferrocarril que incluye trenes, metros y tranvías que mayoritariamente son de tracción eléctrica. Un sector que acapara múltiples subsectores asentados en España que lo componen, llegando a formar un complejo ecosistema que nutre toda su cadena de valor. 

La otra gran porción del transporte de personas para lograr una movilidad cero emisiones es la vertiente de la prestación de servicios de transporte colectivo de personas. El papel que juega el transporte público en la movilidad de las personas está en plena expansión y, en consecuencia, está transformando el modelo de movilidad avanzándolo hacía la descarbonización y aparejado a ello ha generado y va a generar miles de nuevos empleos.

Otro sector de la movilidad que va ganando cuotas de presencia año tras año en la movilidad cotidiana es el de bicicleta y otros vehículos de movilidad personal como son los patinetes. Lo que tiene su traslación directa en un aumento constante de la fabricación en nuestra geografía. Y, a ello, hay que sumar los más sistemas públicos de préstamo de bicicletas que se reparten por nuestras ciudades y que van en aumento. 

Asimismo, contamos con una creciente constelación de empresas que ofrecen una gran diversidad de servicios de movilidad, sustentados en la sostenibilidad y la digitalización. Servicios de movilidad que protagonizan un aumento constante de los desplazamientos en territorio español. Empresas de vehículos compartidos (sharing de bicicletas, patinetes, motocicletas y turismos). Contando alguna de ellas con la participación en su gestión de algunas de las principales empresas automovilísticas. Igualmente, están naciendo y expandiéndose otras organizaciones que ofrecen nuevas soluciones de movilidad como son servicios a la demanda de autobuses o servicios de intermodalidad, combinando diferentes modos de transporte en un formato de red.

En definitiva, centenares de empresas y millares de personas trabajadoras que completan un sector que es y será responsable, en gran medida, de ayudar a alcanzar los grandes retos de la movilidad actual y del futuro. Es decir, una movilidad con menos emisiones, más eficiente, más segura, más saludable y más inclusiva. Sectores que están llamados, según lo que marcan las políticas públicas a tener cada vez más importancia en la configuración del sistema de movilidad lo que puede y debe significar una oportunidad única que hay que aprovechar para impulsar el tejido empresarial estatal y, en consecuencia, generar más empleo verde.

En este escenario de cambios profundos en el sector del transporte en su globalidad, el objetivo deberá ser que estos no sean traumáticos para el tejido empresarial y las personas trabajadoras. Pues todas las previsiones afirman que las transformaciones en el sector del automóvil van a sacudir la industria tradicional y, en consecuencia, a afectar el empleo provocando una merma a raíz de la incorporación del vehículo eléctrico y la automatización del proceso productivo. Para ello, se deberá planificar un programa de transición justa, mediante una alianza entre todos los agentes económicos y sociales, juntamente con las administraciones públicas, para así, potenciar la creación de nuevos puestos de trabajo que contrarresten los que desaparezcan y, a su vez, garantizar que estos nuevos sean ocupados por los trabajadores con riesgo o que hayan perdido el trabajo. Y es aquí donde la movilidad alternativa cero emisiones deberá jugar un papel protagonista y cada vez más relevante, por ello es imprescindible apostar fuerte por su desarrollo y este, justamente, es uno de los principios que defenderá este estudio que estamos elaborando desde la Fundación 1º de Mayo de CCOO.

 

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