Problemática ambiental de los PCBs

Los policlorobifenilos o PCBs son compuestos orgánicos clorados. El número y posición de átomos de cloro puede variar en la estructura dando lugar a 209 moléculas diferentes. Los PCBs se comenzaron a sintetizar comercialmente en 1929, y no fueron identificados como contaminantes medioambientales hasta 1966. A partir de esta fecha su producción descendió drásticamente, aunque los PCBs ya se encontraban dispersos por todo el planeta.

Los PCBs o policlorobifenilos son compuestos orgánicos clorados cuyas aplicaciones comerciales han sido muy diversas, que entre otras destacan como fluidos dieléctricos (transformadores), plastificantes (adhesivos, pinturas, plásticos, etc.), sistemas de transferencia de calor (calefacciones) y lubricantes. No obstante, la peligrosidad de estos compuestos para la salud humana y el medio ambiente ha sido repetidamente demostrada hasta el punto que a nivel internacional se han firmado acuerdos para, no sólo finalizar su producción, sino para eliminar los PCBs existentes. En este sentido, el Estado Español ha firmado el Acuerdo Parcon 92/3 que le obliga a garantizar la desaparición de estos compuestos antes del año 2010.

La situación actual, sin embargo, es muy preocupante con respecto al grado de conocimiento por parte de la administración española sobre la localización, cantidades, programas de recuperación y sistemas de tratamiento que puedan asegurar una correcta eliminación de estos compuestos sin representar ningún riesgo ambiental o para la salud ciudadana. En el dossier de este número se analizan los efectos sobre la salud y el medio ambiente que resultan por la exposición y dispersión de los PCBs, además de explorar algunas de las opciones de tratamiento existentes e incluir algunos comentarios sobre la situación actual y responsabilidades de la Administración al respecto.

Algunas de las principales aplicaciones comerciales que se encontraron para los PCBs son como fluidos dieléctricos (por sus propiedades de estabilidad y aislamiento), plastificantes (en adhesivos, pinturas, plásticos, etc.), sistemas de transferencia de calor (calefacciones), aceites de inmersión microscópica, lubricantes, pesticidas, en el tratamiento de superficies, etc. Son precisamente en equipamiento eléctrico e hidráulico y para el tratamiento de superficies, las aplicaciones que han contribuido mayormente a la utilización masiva y a la dispersión de los PCBs en el Estado Español.

Los PCBs se caracterizan por su gran estabilidad en el medio ambiente, su alto potencial de bioacumulación y su resistencia a biodegradarse. Además, estos compuestos no tienen tendencia a disolverse en agua y tienden a evaporarse con facilidad a partir del medio acuático.

Debido a la demostrada peligrosidad de estos compuestos tanto para la salud humana como para el medio ambiente numerosos países, entre los que se encuentra el Estado Español, han firmado un acuerdo para la eliminación de PCBs antes del año 2010 (Acuerdo Parcon 92/3). Existe además una propuesta comunitaria con rango de Directiva europea en la que se obliga a los estados miembros a eliminar todos los compuestos de PCBs antes del año 2010. Recientemente, los expertos de la Comisión Económica de la ONU para Europa han reconocido la necesidad de alcanzar un acuerdo para reducir los efectos de doce contaminantes persistentes, entre los que se consideran los PCBs.

PCBs EN EL MEDIO AMBIENTE

Los PCBs tienen una baja solubilidad en agua por lo que tienen tendencia a adsorberse en partículas y sedimentos. El transporte de los PCBs se produce principalmente por el movimiento aire-agua y por el movimiento de suelo producido por la erosión o la acción de corrientes y mareas.

El transporte atmosférico se considera el principal medio de contaminación de los ecosistemas remotos.

Se ha identificado el ciclo que siguen muchos compuestos clorados, entre los que se incluyen los PCBs, que consiste en su evaporación lenta desde los países templados para ser transportados y condensados en países fríos, e incluso llegando a las regiones polares amenazando las cadenas tróficas del Ártico y del Antártico.

Se estima que del total de PCBs producidos en el planeta, en torno a 1,2 millones de toneladas, el 65% aún se encuentra en equipo eléctrico o almacenado controlada e incontroladamente, un 4% ha sido degradado e incinerado y un 31% se encuentra distribuido en el medio ambiente (principalmente como sedimentos y en aguas marinas).

En los animales, algunos PCBs tienen acción cancerígena, terátogena e inmunodepresiva. Los PCBs son parcialmente metabolizados con formación de óxidos como intermediarios, los cuáles son potencialmente cancerígenos. Se ha asociado a los PCBs, junto a otras sustancias químicas que perturban las hormonas, con la disfunción reproductiva detectada en poblaciones de aves y mamíferos en la región de los Grandes Lagos de Estados Unidos y Canadá.

El efecto de biomagnificación, es decir, el aumento de la concentración de PCBs a medida que se asciende en la cadena trófica, constituye uno de los mayores riesgos para los seres vivos. Los animales mamíferos marinos, como los delfines o las ballenas, son objetivos claros de biomagnificación de PCBs, puesto que se estima que la mitad de los peces oceánicos contienen niveles detectables de PCBs. El efecto más grave para estas especies es la esterilidad de los machos cuando se superan umbrales de toxicidad críticos (aproximadamente 50 ppm). Este hecho pone en peligro la supervivencia de numerosas especies, incluso en lugares tan remotos como en el Ártico, como por ejemplo de los osos polares.

EFECTOS SOBRE LA SALUD HUMANA

Los humanos son expuestos a los PCBs a través de diversas vías, principalmente via inhalación y via ingestión de alimentos, y en particular de pescado. Los PCBs son lipofílicos, por lo que tienden a acumularse en los tejidos grasos. Estos compuestos son capaces de atravesar la placenta y de ser expulsados a través de la leche materna.

Se han detectado concentraciones muy elevadas en la leche de mujeres nativas del norte de Labrador (norte de Canadá), hasta 15 ppm, mientras que en mujeres de Quebec se encon traban menos de 1 ppm (en Canadá, la ley exige que la leche de vaca contenga menos de 0,2 ppm).

Los PCBs causan cáncer en el hígado, el pulmón y la piel, y se han asociado al cáncer de pecho. Existen estudios que relacionan los PCBs al cáncer de cerebro y de melanoma en trabajadores y trabajadoras expuestos a estas sustancias.

Entre otros efectos que causan los PCBs, se encuentran: lesiones cutáneas (cloracné), efectos estrogénicos, reducción de la respuesta inmunológica, reducción de la capacidad pulmonar, inflamación y ardor de ojos, lesiones hepáticas, espasmos musculares, dolores abdominales, debilidad, náusea, dolor de cabeza, impotencia e insomnio. Se ha constatado la relación entre amenaza de aborto y cantidad de PCB sanguíneo.

En una empresa americana donde los trabajadores/ as habían estado expuestos a PCBs se observó un aumento de melanomas malignos y cánceres de páncreas.

SISTEMAS DE TRATAMIENTO DE LOS PCBs

A continuación se comentan algunas de las alternativas existentes de tratamiento térmico, químico y biológico. En general, la mayoría de estos sistemas presentan importantes riesgos. Al tratarse de sustancias peligrosas, cualquier tipo de tratamiento va a tener inconvenientes en mayor o menor grado, e incluso algunas opciones cuyo riesgo es demasiado elevado, como la incineración, deben descartarse directamente. En cualquier caso, el sistema o conjunto de sistemas que deben de aplicarse requiere de un estudio pormenorizado de todas las alternativas con el fin de encontrar la solución que conlleve el menor riesgo para el medio ambiente y la salud ciudadana.

  • Tratamientos térmicos. En general, estos tratamientos se basan en diversos tipos de incineración que se vienen aplicando principalmente en Inglaterra y en Francia. Estos procesos conllevan un elevado riesgo por la emisión de sustancias peligrosas, y en particular porque los PCBs son precursores de dioxinas y furanos en procesos de combustión, sustancias caracterizadas como muy peligrosas para la salud humana. Además, la incineración no representa una solución al problema de PCBs, puesto que no los elimina, sino que únicamente desplaza la peligrosidad a otro medio (al aire a través de las emisiones o al suelo y aguas subterráneas por el almacenamiento de las cenizas y escorias).

    La destrucción termoquímica CTZ es un proceso que se basa en la reacción exotérmica de los compuestos orgánicos halogenados con silicato de calcio en una atmósfera libre de oxígeno a una temperatura de 600º a 800º C. Como resultado de la reacción se producen haluros de calcio sólido en una mezcla de carbono libre, óxido de silicio y un exceso de silicato de calcio. La eficiencia de esta reacción, al igual que los procesos convencionales de incineración, depende en gran medida de la eficiencia de la mezcla entre los residuos y los reactivos y la duración de la reacción, que resulta especialmente difícil en este caso, teniendo en cuenta la especial complejidad de reacciones de sólidos con gases y líquidos para formar sólidos. Al ser un sistema abierto, siempre existe el riesgo de que cualquier alteración en las condiciones del proceso, resultaría en una fuga incontrolada de emisiones peligrosas.

  • Tratamientos químicos. Entre otros se distinguen:

    _ Proceso de Sun Ohio PCBX. Se basa en la utilización de compuestos orgánicos de sodio y resulta en cloruro de sodio y residuos de polímeros con tendencia a degradarse. Las unidades móviles se aseguran junto al transformador, haciendo circular el fluido a través de las mismas y descontaminando los PCBs químicamente. Este sistema es de circuito cerrado y evita el transporte de sustancias peligrosas, llegando a descontaminar a concentraciones menores de 2 ppm. Este sistema ya está en uso en algunos países como Canadá y Nueva Zelanda.

    _ Base Catalyzed Dechlorination (BCD) (Decloración catalítica básica). La decloración de los productos se produce con la reacción con gas hidrógeno a alta presión en la presencia de un catalizador. Los compuestos clorados se alimentan a un extractor rotatorio que utiliza etanol. El material extraído se conduce a la cámara de reacción al que se añade alcohol cáustico (hidróxido sódico). El hidróxido sódico neutraliza el gas cloruro de hidrógeno que se libera, que podría contaminar el catalizador (niquel o paladio sobre sustrato de carbón) y oxidar el equipo. Al final de la reacción, la mezcla obtenida se somete a una destilación para recuperar el etanol. Los hidrocarburos, materiales clorados parcialmente, sal y agua resultantes se lavan finalmente con agua. Uno de los aspectos más negativos es el riesgo de explosión existente al utilizar hidrógeno a presión, aunque su uso sea utilizado de forma estandarizada en diversos procesos industriales. Los materiales parcialmente clorados que resultan de la reacción presentan un problema, por lo que tienen que ser separados y devueltos a la cámara de reacción. Un modelo de este sistema ya se encuentra en funcionamiento en el País Vasco para la decloración de residuos de lindano. Según Greenpeace, ésta opción sería la más recomendable para el tratamiento de los PCBs.

    _ Degradación biológica. La tendencia a biodegradarse de los PCBs varía en función del grado de cloración y posición de los átomos de cloro. No obstante, existen numerosas investigaciones que demuestran que los átomos de cloro de las moléculas de PCBs pueden ser eliminados por procesos anaerobios seguidos por la oxidación por bacterias aerobias, resultando en la degradación de la mayoría de las estructuras de PCBs.

ALMACENAMIENTO

El almacenamiento controlado no representa ninguna solución al problema de PCBs, pero puede suponer una opción temporal hasta poder aplicar metodologías de tratamiento y eliminación que no supongan ningún riesgo para la salud humana y el medio ambiente. El transporte de los PCBs, al igual que de cualquier residuo o sustancia peligrosa, debe evitarse por el elevado riesgo que esta actividad pueda suponer en caso de derrame, fuga o accidente. Por tanto, el almacenamiento debería desarrollarse preferentemente de forma descentralizada para evitar a su vez la acumulación de grandes cantidades de esta sustancia en un mismo lugar. Sería preciso, en este caso, que existiera un sistema de control por parte de la administración, constantemente actualizado, mediante un registro de las cantidades y de las condiciones de almacenamiento o depósito. En cualquier caso, la ubicación de estos depósitos controlados temporales exige una discusión técnicopolítica para ser desarrollada por todas las partes implicadas.

SITUACIÓN EN EL ESTADO ESPAÑOL

Según el Acuerdo Parcon 92/3, firmado por el Estado Español, dentro de la Convención Internacional para la Prevención de la Contaminación Marina, los países firmantes se comprometen a la eliminación de PCBs antes del año 2010. La Unión Europea, además, ha elevado una propuesta de directiva de obligado cumplimiento para la eliminación de todos los compuestos de PCBs antes del año 2010.

A pesar de existir algunos inventarios de las cantidades de transformadores y condensadores con PCBs que existen en el Estado Español, no se conoce bien la dimensión del problema puesto que, en primer lugar, los inventarios que existen no se hacen públicos y, en segundo lugar, las estimaciones que se conocen muestran una gran disparidad en los datos. Algunas de las estimaciones apuntan a 65.000 Tm de transformadores y condensadores, mientras que otras estimaciones rondan las 115.000 Tm, lo que indica una escasa fiabilidad de los inventarios. Los transformadores y condensadores constituyen las principales existencias de PCBs en el Estado Español, aunque una fracción significativa se encuentra muy dispersa en pequeñas cantidades, y sobre las que no existe ningún control.

Recientemente, en la Comunidad de Madrid se encontró en una finca abandonada, 149.150 litros de aceite en bidones y una fosa-piscina de 64 metros cuadrados donde se almacenaban sin ninguna protección aceites contaminados con PCBs. El resultado de la acción negligente por parte de la empresa y del nulo control de las actividades de gestión de aceites usados por parte de la administración competente ha sido la contaminación del suelo y de las aguas subterráneas del acuífero del Jarama, poniendo en peligro la salud pública y causando perjuicios al ecosistema. Se detectaron en la fosa niveles de hasta 80 partes por millón de PCBs.

En la actualidad no existe una adecuada respuesta por parte del Estado Español para dar solución al problema de los PCBs y cumplir sus compromisos internacionales. Sin embargo, a pesar de no haberse diseñado una estrategia estatal para el tratamiento de estos residuos, se han venido desarrollando algunas iniciativas de carácter privado y mixto.

RESPONSABILIDAD ESTATAL

Dada la peligrosidad de estos compuestos y la inexistencia de sistemas de tratamiento y control seguros, que se añade al desconocimiento dominante sobre las cantidades exactas y la localización de todos los PCBs existentes en el Estado Español, resulta de carácter MUY URGENTE el desarrollo de las siguientes medidas por parte de la Administración:

1 - La realización de un INVENTARIO de todas las existencias de PCBs en el Estado Español.

2 - El estudio de las ALTERNATIVAS existentes de tratamiento y eliminación de los PCBs con el fin de escoger la opción o combinación de opciones que implican el menor riesgo para la salud humana y para el medio ambiente.

3 - La elaboración de un PROGRAMA NACIONAL de gestión de los PCBs, en base a los resultados de las dos medidas anteriores.

Papel de los trabajadores/as en el control de los PCBs

La elevada peligrosidad y amplia dispersión de los PCBs en numerosas instalaciones industriales de todo el Estado Español implica que tanto los directivos de las empresas como los trabajadores/as, que son quienes mejor conocen si existen o no residuos con PCBs en su recinto, tienen la responsabilidad de cuantificar estos residuos y de procurar su correcto almacenamiento y gestión.

El riesgo por exposición a estos compuestos, debido a la manipulación directa de equipos, aceites, etc., por derrames, vertidos o por filtraciones por el almacenamiento incorrecto, debería ser razón suficiente para que los trabajadores y trabajadoras se informen y denuncien situaciones que sean irregulares con respecto al almacenamiento o a la gestión de PCBs. La responsabilidad de los trabajadores/as como ciudadanos va aún más allá de asegurar unas condiciones de trabajo saludables, con el fin de procurar la salud de todos los ciudadanos y la preservación del medio ambiente.

Referencias:

1. A.G.R. Proyecto Técnico para la Instalación de un Centro Industrial para la Gestión, Tratamiento y Recuperación de Transformadores, Condensadores y Equipos Eléctricos con PCB’s. (1995)

2. Baltscheffsky,S. «DDT and PCBs still plaguing the Baltic». Enviro, NO 20. Abril 1996. Swedish Environmental Protection Agency.

3. Camarero,L. et al.»Remote mountain lakes as indicators of diffuse acidic and organic pollution in the Iberian Peninsula (AL:PE 2 studies) ». Acid Reign ‘95? Water, Air and Soil Pollution 85: 487-492, 1995. Kluwer Academic Publishers. (1995)

4. CEDEX. Curso sobre dioxinas y furanos: problemática ambiental y metodología analítica (1994)

5. Cummins, Joseph E.»PCBs a Global Tragedy ». Department of Plant Sciences, University of Western Ontario (1994)

6. Greenpeace. Alternative Technologies for the Detoxification of Chemical Weapons: An Information Document (1991)

7. Lauwerys,R. Toxicología industrial e introxicaciones profesionales. (1994)

8. Maurer, Gerhard. Nuevos sistemas para el tratamiento y destrucción de PCB. NUKEM GmbH, Alzenau (Alemania).

9. Misch,A.»Riesgos ambientales para la salud. Una evaluación». Cuadernos Worldwatch. Bakeaz. (1994) 10. Shaw,G.»Polichlorinated Biphenyls (PCBs), Effects on Humans and the Environment». Handbook of Hazardous Materials (1993)

Más información:

Estefanía Blount Martín
Departamento de Medio Ambiente.
Confederación Sindical de CC.OO.
C/ Fernández de la Hoz,12. 28010 Madrid
Tel.: (91) 319 76 53.
Fax: (91) 310 48 04

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