Sensibilización del usuario para la reducción de vertidos de zinc en una empresa de lavado de pañales reutilizables

El caso práctico que se ha seleccionado para este número de Daphnia, aunque pueda parecer ajeno a la orientación de esta revista, presenta interés por tres motivos diferentes: porque alerta sobre la contaminación derivada de productos aparentemente inocuos, en este caso por la utilización de pomadas que contengan zinc, en la vida doméstica o en la sanidad; porque ejemplifica las limitaciones de los sistemas de depuración de aguas, y porque apunta la viabilidad de las soluciones en origen, incluso las que requieren influir sobre las pautas de consumo.

La empresa era consciente de sus vertidos de zinc, pero al no utilizar zinc en su proceso, desconocían cuál podía ser la fuente.

En primer lugar, si bien no son comunes en el Estado Español las empresas de esterilización y reutilización de pañales de tela, aunque por razones ecológicas serían muy necesarias, la presencia de zinc en aguas residuales puede darse igualmente por la utilización de cremas y pomadas para tratamiento dérmico en otros sectores como en el sanitario o el doméstico. Por otro lado, continuamente nos llega nueva información sobre la escasa efectividad de los sistemas de depuración respecto a ciertos tipos de contaminantes, como es el caso de muchos compuestos orgánicos que, o bien, escapan los sistemas de depuración o, en algunos casos, se recombinan tras la misma, comportando efectos hasta hace poco desconocidos como es el caso de la feminización de peces machos asociada a los nonilfenoles (productos de degradación de jabones sobre todo industriales).

Frente al incremento de la identificación y acumulación de contaminantes en las aguas residuales así como de sus efectos en el medio acuático de no ser eliminados, podrían adoptarse varias opciones entre las que se encuentra incrementar la depuración, que tampoco resolvería todos los problemas como se ha indicado, o bien eliminar la fuente de vertido de sustancias peligrosas en origen, sustituyéndola por productos más limpios.

En este sentido, este ejemplo resulta de gran interés por representar la viabilidad de soluciones en origen frente a los tratamientos tradicionales de final de tubería, resultando incluso más económicas y sencillas. Otro aspecto a destacar es la extensión de la responsabilidad del productor, particularmente en este caso respecto a su capacidad de influir sobre cambios en los hábitos de consumo. Se entiende, además, que la opción que a continuación se explica puede ser de aplicación directa para hospitales y otros centros sanitarios.

ANTECEDENTES

La empresa Dydee, fundada en 1933, ofrece en la actualidad el mayor servicio de lavado de productos de lino y pañales en el Nordeste de Estados Unidos. Tiene 85 trabajadores/ as y lava en torno a 9.072 Kg de estos productos a la semana. Su sistema basado en un túnel de lavado en continuo sólo consume entre el 20 y el 25% del agua consumida por lavadoras convencionales. A cambio, una desventaja de este sistema es la mayor concentración de contaminantes en las aguas residuales, lo que puede conllevarle a problemas con el cumplimiento de la normativa de vertidos. Particularmente, la empresa Dydee superaba consistentemente los niveles permitidos de zinc (1 ppm) establecido por las autoridades del Estado de Massachusetts.

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La situación alcanzó el límite cuando en Enero de 1992, la Autoridad de Recursos de Agua de Massachusetts (MWRA) sancionó a Dydee por violación de los límites de vertido de zinc. El caso salió en los medios de comunicación, lo que resultó en abundantes quejas por parte de clientes, muchos de los cuáles habían decidido utilizar pañales de tela por razones ambientales, que incluso terminaron en su decisión de cambiar de empresa.

PREVENCIÓN FRENTE AL CONTROL

Desde 1991, la empresa era consciente de sus vertidos de zinc, pero al no utilizar zinc en su proceso, deconocían cuál podía ser la fuente. Tras obtener resultados negativos al comprobar todos los compuestos químicos de sus detergentes así como la composición del agua de entrada a sus instalaciones, se convencieron que el zinc estaba asociado a los propios pañales que trataban. Fue entonces cuando descubrieron que la fuente más probable de zinc sería consecuencia de las pómadas para la irritación.

Frente a este problema, pensaron en tres opciones para resolverlo:

a) Instalar un sistema de pretratamiento convencional, cuya instalación costaría entre $150.000 y $200.000 (24,900.0001 y 33,200.000 pesetas) más los costes de operación que rondarían las $25.000 y $35.000 al año (4,150.000 y 5,810.000 pesetas). El sistema tendría que estar atendido por un operador con licencia lo que implicaría gastos adicionales de formación y laboral.

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b) Instalar un nuevo sistema de lavado basado en la introducción de ozono en un ciclo cerrado que eliminaría por completo los vertidos al agua. Sin embargo, este nuevo sistema no se encontraba aún listo para su aplicación en una empresa de este tipo, y que tardaría aún entre 5 y 10 años para ello. Esta opción resultaría en inversiones muy fuertes.

c) Abordar el problema en origen mediante la búsqueda de formas para cambiar los hábitos de sus clientes. Esta opción resultaba ser mucho más barata y menos arriesgada que el proceso con ozono. El reto se encontraba en si, una vez informados, sus clientes estarían dispuestos a cambiar en una práctica con un carácter tan personal y delicado.

PLAN DE ACTUACIÓN

La empresa decidió apostar por la tercera opción, que a parte de ser más económica, en el caso de funcionar, prometía resultados más eficaces y a más corto plazo.

Para llevarla a cabo, envió una carta en clase preferente a cada uno de sus clientes explicando la razón por la cual la empresa tenía un problema tan grande con los vertidos de zinc y solicitándoles que utilizaran pomadas libres de zinc. Dydee se ofreció a comprarles a sus clientes los bálsamos de base de óxido de zinc al precio de $1.00 por envase (166 pesetas), así como venderles dos productos libres de zinc -una crema para piel de bebé y una pomada para irritaciones- a aproximadamente la mitad del precio de venta en las tiendas. Dydee envió igualmente muestras de estos dos productos alternativos. La empresa, además, incluye recordatorios de su campaña “zinc no” en su boletín mensual.

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RESULTADOS

La respuestas de la campaña de educación emprendida por Dydee fue muy positiva. En los primeros cinco meses, la empresa compró a sus clientes más de 900 envases de pomadas con óxido de zinc, vendió más de 2,000 productos libres de zinc y distribuyó más de 20,000 muestras.

Como resultado del éxito de la campaña de información observó inmediatamente reducciones significativas en los niveles de vertido de zinc: se redujo de 2.0-4.5 ppm (antes de la campaña en Marzo de 1992) a no rebasar los 2.0 ppm más que en una ocasión en el plazo hasta Julio de 1992. En 10 de las11 semanas siguientes, los niveles de zinc fueron iguales o menores a 1 ppm, que es el límite máximo que establece la legislación de este Estado.

Desde el punto de vista económico, la empresa se gastó cerca de $1,000 (166.000 pesetas) en la compra de bálsamos y cremas libres de zinc y en torno a $7,000 (1,162.000 pesetas) en repartir muestras gratuitas. Por otro lado, se está vendiendo productos en envases más grandes con escasas pérdidas. La empresa invirtió en este programa durante los cinco primeros meses en torno a $10,000 (1,660.000 pesetas), que resulta una cantidad muy modesta si se compara con hasta 33 millones de pesetas de posible inversión inicial en un sistema de depuración, entre 4 y 6 millones de pesetas anuales en costes de operación y tratamiento final de los lodos, junto con formación especializada y otros costes laborales.

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