Día sin coches, un balance irregular

El Día Sin Coches no termina de arrancar. El pasado 22 de septiembre se celebró por segundo año consecutivo bajo el lema “La ciudad sin mi coche” y convocó a los europeos a dejar el coche en casa y reflexionar sobre las consecuencia del uso de vehículos motorizados en nuestras ciudades.

Lo paradójico es que a gran parte de la población le resulta evidente que nuestra forma de vida depende insosteniblemente de una fuente de energía no renovable y, en principio, apoya iniciativas de este tipo, pero se resiste a dejar su vehículo aunque sólo sea un día. El coche domina la vida de las ciudades y, por tanto, al 80% de la población. El imperio del automóvil es tan poderoso que los europeos cogemos el coche para cualquier cosa: el 30% de los trayectos son de menos de 3 km., una distancia que se puede recorrer andando casi a la misma velocidad y sin atascos.

El Día Europeo sin Coches, el 22 de septiembre, tuvo un seguimiento desigual y un apoyo incierto. Una encuesta revela que más de la mitad de la población, el 54% (frente a un 42% que piensa lo contrario) dudan de la eficacia de este tipo de eventos para recortar la contaminación. A pesar de ello, la gran mayoría (un 82%) son favorables a renovar este tipo de iniciativas.

En total fueron 848 ciudades, grandes o pequeñas, del conjunto de países de la UE. El año pasado sólo tres países europeos (Italia, Francia y Suiza y algunas ciudades sueltas) participaron en este evento. La encuesta realizada ese día reveló que el 83% de ciudadanos considera que hay que limitar el uso del coche en la ciudad para mejorar la circulación.

Este año España fue uno de los países con más municipios inscritos en esta iniciativa: 215 ciudades en total. La participación varió entre el 10% y el 80%, según la ciudad. Una extrapolación sobre el porcentaje de ciudadanos que dejaron ese día aparcado el coche puede cifrarse entre 300.000 y un millón de personas. A pesar de que parece poco, puede considerarse un “éxito”, teniendo en cuenta que es la primera iniciativa que tiene lugar en nuestro país, nada acostumbrado a convocatorias de carácter cívico.

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EL CASO DE MADRID

De 8 millones de desplazamientos que se realizan a diario en la Comunidad de Madrid, más de un tercio se realizan a pie. De los otros dos tercios, el 53% lo hace en transporte público y el resto en vehículo privado.

En Madrid. CCOO participa en un organismo reciente, la Mesa por la Movilidad, creada para proponer actuaciones para conseguir una región más amable, habitable y ágil para todos. Es un foro en el que participan entidades sociales, políticas, sindicales e institucionales para debatir el abanico de factores que intervienen en este tema: desde los problemas del peatón, hasta los problemas de carga y descarga, los aparcamientos, los túneles, los atascos o la falta de parques.

Durante el Día sin Coches, CCOO y UGT fueron muy críticos con las actuaciones que el Ayuntamiento propuso para frenar el tráfico y convocó, junto a la Federación Madrileña de Municipios y la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos, una marcha ciclista que recorrió las zonas cortadas al tráfico.

BARCELONA

El Día Sin Coches pinchó en Barcelona en comparación con el año pasado. El tráfico disminuyó un 13% en el conjunto del área metropolitana mientras que en 1999 bajó un 23%. El transporte público experimentó un incremento del 8%, que el año pasado fue del 11%. Eso sí, en las zonas de área restringida la contaminación sonora disminuyó en 4,3 decibelios.

Lo más destacable del Día Sin Coches es que sirve para que todos seamos conscientes de que la única solución que tienen las ciudades y el futuro de un desarrollo sostenible es el fomento del transporte público. Según el IDAE, en las 17 ciudades españolas de mayor tamaño se realizan alrededor de 42 millones de viajes de media en un día laborable. De estos, el 60% se hace de modo motorizado, de los que aproximadamente la mitad son en vehículo privado, consumiendo 10 millones de litros de combustible al día. Hay que poner límites a esta situación o convertiremos a nuestras ciudades en espacios hostiles para sus habitantes. 

Algunos datos:

  • Más del 50% de las emisones de agentes contaminantes (NOX o CO) provienen de los vehículos de transporte por carretera.
  • El 25% de los europeos sostienen que les molesta el ruido del tráfico.
  • En Europa, la mitad de los viajes motorizados son desplazamientos de menos de 3 km. En estas condiciones el consumo de energía y las emisiones de CO2 aumentan en un 60%.
  • El uso del coche consume el 15% de los productos energéticos en España. Es insostenible que por la ciudad circulen coches que consumen más de 25 litros/h por cada 100 km a 16 km/h, con una persona sola.
  • Los trayectos urbanos (marchas cortas con muchas frenadas y arrancadas) son los responsables de la mayor parte de las emisiones de óxidos de nitrógeno y monóxido de carbono de la ciudad.
  • El 74% de los españoles está sometido a niveles de sonido superiores a los 55 decibelios a causa del ruido del tráfico.
 

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