¿Derribo o desconstrucción? (II)

Los edificios están constituidos por una gran diversidad de materiales (vidrio, madera, metales...), sanitarios (retretes, baños...) y otros elementos entre los que destaca la masa pétrea del edificio, formada por lo que se denominan residuos inertes, ya que están compuestos por yesos, cementos, baldosas, azulejos, hierro de las armaduras de los pilares, de las vigas y de los forjados.

El aprovechamiento de estas materias puede y debe ser sistemático por las importantes ventajas que aporta y que hace rentable la desconstrucción en términos sociales por más que los criterios de rentabilidad al uso que no internalizan los costes derivados puedan hacer que parezca más costoso que las fórmulas convencionales.

_ Espacio en vertedero. Los residuos inertes llegan en el Estado a 22 millones de Tn que a una densidad de 1,5 m3/Tn dan un total de 15 millones de m3. Si el vertido se realizara en un terreno virgen, aprovechable para otros usos, resultaría un desperdicio de espacio. Sin embargo es factible que se pueda utilizar con ellos el relleno de canteras u otros fines de este tipo.
_ Ahorro de transporte a vertedero. La utilización de este material puede ser causa de un ahorro en su transporte. Este consiste en el desplazamiento de la masa desde los puntos en los que se produce (más o menos en el centro de la ciudad) a lugares fuera de ésta.
_ Explotación de canteras. La utilización de estos residuos como zahorras artificiales en bases y sub-bases de calles, cinturones urbanos... evitará la explotación correspondiente de canteras. En éstas se producen huecos de gran impacto paisajístico que deben ser evitados en la medida de lo posible.
_Transporte cantera-ciudad. Al reciclar en el centro de la ciudad este material, se hace innecesario, al menos en parte, su suministro de las canteras que están situadas en general bastante alejadas de los puntos de consumo. La unidad básica para acometer este tipo de actuaciones la constituiría una planta transportable compuesta por:

  • Una cinta de escogido en la que se separan los plásticos, maderas...
  • Una criba magnética en la que se obtienen hierros que van a engrosar la partida que se envía a fundición.
  • Una machacadora que obtiene la zahorra artificial.
  • Cribas para reciclado de los tamaños gruesos. 
  • Cintas de acopio.

Una instalación de este tipo funcionó en la Barcelona de las Olimpiadas de la que se obtuvo material de relleno para los cinturones, y fundaciones de estructuras. En un momento en el que el aflujo de escombros superó cualquier medida, este tratamiento de residuos representó una riqueza.

La desconstrucción no sólo es razonable en demoliciones de edificios de hormigón armado, sino que se han dado anécdotas muy jugosas cuando se trata de viejas casonas, de las que pueden ser ejemplo las características castellanas: en Socuéllamos, un lugar de La Mancha, con una clásica construcción de casas bajas con muros de piedra gruesa, se derribaron muchas de ellas para dar paso a edificios modernos. Los escombros producidos se dispusieron en una de las salidas de la ciudad colocándolos en forma de donuts; una vez cerrado el círculo de escombros se cubrió de tierra en su parte exterior consiguiendo con el tiempo un jardín y construyendo en su interior unas gradas, transformando así un montón de escombros en una plaza de toros, o anfiteatro para espectáculos más nobles.

La gestión de los residuos exige imaginación e ingenio. Sólo en último caso cabe el vertido, pero con éste se acaban las posibilidades de obtención de maravillas de un material que ha costado millones.

Más información:

Antonio Lucena
Ingeniero de Minas. Asesor del Dpto. Confederal de Medio Ambiente
Tel y fax: (91) 575 09 32

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