Los disolventes orgánicos

Dado que la tarea se realiza de forma intermitente se trabaja sin protección especial. No parecen existir condiciones de ventilación suficientes, ni tampoco parece que se realice una gestión adecuada de los envases vacíos.

Los disolventes orgánicos son un grupo de sustancias derivadas del petróleo utilizadas para disolver materiales o productos, en actividades de desengrasado y limpieza, aplicación de colas, pegamentos, barnices y tintas, o limpieza en seco, por poner algunos ejemplos.

Las dos características esenciales de la mayoría de los disolventes orgánicos son su fácil evaporación y su persistencia, lo que genera un alto riesgo para el medio y las personas. Disolventes tan utilizados como el benceno (aditivo de las gasolinas), el tricloroetileno (desengrasante, colas), el cloroformo (dispersante en cosméticos) o el percloroetileno (limpieza de ropa en seco) son cancerígenos, o inducen mutaciones o malformaciones congénitas. Entre las familias de disolventes más perniciosos, se encuentran los clorados.

Además de sus efectos sobre la salud humana, los disolventes orgánicos, al evaporarse, llegan a la atmósfera e intervienen en la formación del ozono troposférico, un peligroso contaminante estival que se relaciona con alergias, asma y enfermedades respiratorias, así como con daños sobre la vegetación y los cultivos. En el caso de los clorados además resultan tóxicos para la fauna acuática.

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