Tras la Cumbre de la Tierra, Quo Vadis, Europa?

Políticamente, lo más destacable de la Cumbre de Desarrollo Sostenible de Johannesburgo es el retroceso de la Unión Europea en cuanto al liderazgo en favor de la sostenibilidad que había mostrado en otras ocasiones. La UE careció del empuje necesario en la defensa del medio ambiente y, lo que es peor, se alió con EE.UU. para dejar asegurada la supremacía de los acuerdos comerciales sobre los acuerdos ambientales multilaterales. ¿Será cosa de los vientos conservadores que últimamente soplan por Europa?

No obstante, la UE siguió constituyendo el grupo de países que plantea propuestas ambientales y sociales más avanzadas. La iniciativa de promover un plan de energías renovables con aquellos países que lo deseen, ante la negativa de EEUU y algunos miembros del G77 a aceptar objetivos y fechas sobre renovables, es un paso de muchísimo interés. Esta iniciativa, junto al proceso de Kioto, abre un escenario múltiple de iniciativas multilaterales que interesante explorar en el futuro en otros campos.

NUEVOS ESPACIOS MULTILATERALES

El Planeta ha perdido una oportunidad. Habrá que construir nuevas propuestas y nuevos foros para ello. El marco de Naciones Unidas sigue siendo imprescindible, pero también se necesita una profunda reforma de las instituciones internacionales y componer una adecuada relación entre las instituciones dedicadas a regular el comercio (OMC), el desarrollo (PNUD), la protección del medio ambiente (PNUMA) y las relaciones laborales (OIT).

PROFUNDIZAR EN LA ESTRATEGIA EUROPEA DE DESARROLLO SOSTENIBLE

El motor de toda propuesta internacional, tiene que partir de políticas domésticas coherentes, por ello es tan importante que la UE desarrolle de forma equilibrada sus pilares económico, social y ambiental, corrigiendo deslizamiento antisocial al que se inclinan algunos países y siga el proceso de desarrollo sostenible establecido en Gotemburgo. El próximo Consejo europeo de primavera de la UE tendrá que estudiar los progresos y retrocesos en la materia. Pero sin una fuerte presión pasará como en el Consejo de Barcelona, donde la cuestión quedó relegada al olvido. La única oportunidad que tiene Europa y la principal aportación europea al mundo depende de si se avanza o no en esa perspectiva.

¿Y LA ESTRATEGIA ESPAÑOLA?

Mientras tanto, la Estrategia Española de Desarrollo Sostenible sigue ausente. Los análisis, reacciones y aportaciones al impresentable borrador del Gobierno siguen escondidos en los cajones del Ministerio de Medio Ambiente y no hay foros donde debatirlo con participación social. Cada día que pasa sin Estrategia es un tiempo precioso perdido; por ello habrá que ir paralelamente elaborando estrategias en los ámbitos local y autonómico.

La sociedad civil no puede acomodarse a la lentitud y pasividad gubernamental, sino que debe emprender cuantas iniciativas pueda. Para exigir que se cumplan los compromisos de Río y Johanesburgo, por supuesto, para reclamar que se lleven a la realidad los compromisos europeos y adquiridos en el Protocolo de Kioto y sobre sostenibilidad asumidos por el Consejo europeo en Gotemburgo.

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