Efectos de los residuos de petróleo del «Prestige» sobre la salud

El combustible transportado por el Prestige es un producto muy viscoso, casi insoluble en agua, con un olor muy típico de petroleo. Los residuos que llegan a las costas gallegas tienen cantidades variables de estos compuestos y su composición relativa cambia hasta llegar a la costa. La similitud de este fuel con el vertido por el Erika en 1999, hace que los efectos sobre las salud puedan preverse.

  • Efectos agudos de la exposición.

El contacto directo con el petróleo o sus vapores causa irritación y/o picores en la piel y enrojecimiento de los ojos. La exposición prolongada y repetida a concentraciones bajas causa nauseas, mareos, dolor de cabeza, dolor de cuello o somnolencia. Los síntomas son de corta duración y desaparecen rápidamente.

  • Efectos crónicos de la exposición.

La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, Lyon) clasifica los fuels pesados como compuestos de potencial cancerígeno 2B, lo que significa que se dispone de evidencia suficiente de su actividad carcinogénica a partir de estudios experimentales en animales, pero las pruebas sobre la actividad carcinogénica en humanos son insuficientes.

LA EXPERIÈNCIA DEL ERIKA

En diciembre de 1999 el petrolero Erika cargado con 28.000 toneladas de fuel naufragó y llegó a manchar 400 km de las costas francesas. El fuel tenia una composición muy parecida a la del Prestige. El Gobierno francés encargó dos estudios para evaluar 1) los efectos de la exposición al fuel entre las personas que habían trabajado en la limpieza y 2) los posibles efectos residuales para las personas que frecuentaban las playas contaminadas después de la descontaminación.

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  • Problemas de salud entre las personas que participaron en la limpieza.

Se pasó una encuesta a 3.669 personas con una tasa de respuesta del 43%. Los profesionales trabajaron 13,5 días de media y los voluntarios 4. La mayoría llevaba guantes (99%), vestidos impermeables (85%) y botas (95). Sólo una pequeña parte llevaba gorra (25%), mascaras (14%) o gafas (14%).

El 73% declaró haber tenido contacto directo con el fuel a pesar de las precauciones. El 6% de los voluntarios y el l’11% de los profesionales declararon haberse herido durante sus trabajos. Poco más de la mitad (50% de los voluntarios y el 57% de los profesionales) tuvieron problemas de salud en el curso o poco después de las tareas. Los tres problemas de salud más frecuentes fueron: lumbalgias, dolores de cabeza e irritaciones cutáneas. La mayoría de ellos no revistieron gravedad.

Las heridas se produjeron en la limpieza de los muelles, pantalanes, material, vestidos y herramientas entre los voluntarios y la manipulación de pájaros y de material pesado entre los profesionales. La limpieza de la arena de las playas favoreció las lumbalgias y las irritaciones cutáneas entre los profesionales. La limpieza de muelle, pantanales, material, vestidos y herramientas y la utilización de material pesado provocó irritaciones cutáneas entre los profesionales.

Los olores provocaron irritaciones oculares y problemas neurovegetativos (cefaleas, náuseas, vómitos, dolores abdominales, trastornos del sueño o inapetencia). 

  • Efectos sobre las personas que frecuentaban las playas contaminadas después de la descontaminación.

El informe francés aconseja prudencia para evitar que se ingirieran restos de fuel que quedan en las playas después de la descontaminación. Si el efecto letal es improbable, no se descartan efectos menores como la fatiga, dolores abdominales, diarrea y anemia reversible. Hay riesgo de efectos cutáneos si la piel tocada por fuel se expone al sol. No hay riesgo de cáncer para la población que utiliza estas playas, a menos que no hayan estado limpias totalmente.

  • El Informe sobre el Presige.

El CSIC en su informe señala la peculiaridad del caso del Prestige que, a diferencia de otros accidentes, no es un episodio único, sino una serie de mareas. Eso hace que los tiempos de exposición pueden ser más largos, especialmente para la población local, lo que podría tener potenciales efectos negativos sobre la salud. En consecuencia, recomienda el CSIC realizar un estudio epidemiològico y de ingesta de HAP (hidrocarburos aromáticos policíclicos) entre esta población, especialmente los marineros y pescadores que trabajan repetidamente en las tareas de limpieza.

Artículo extraido de la información suministrada por el Servei de Salut Laboral i Ambiental

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