La exposición a cancerígeno causa en la UE unas 32.500 muertes al año

ISTAS y el Departamento de Medio Ambiente de CC.OO. presentaron recientemente en rueda de prensa el informe «REACH, una nueva oportunidad para reducir el riesgo químico».

Las sustancias químicas constituyen un grave problema para la salud laboral. Las cifras lo corroboran. La Organización Mundial del Trabajo (OIT) estima que de los dos millones de muertes laborales que tienen lugar cada año en el mundo, 440.000 se producen como resultado de la exposición de trabajadores a agentes químicos. Según un estudio de la Comisión Europea, sólo la exposición a agentes cancerígenos causa en la UE unas 32.500 muertes al año. Y en un ámbito más cercano, según el Ministerio de Sanidad, en España mueren cada año 7.000 personas a causa del cáncer contraído por exposición a agentes cancerígenos, químicos y otros.

La normativa que prepara la UE en esta materia, REACH (Registro, Evaluación y Autorización de Sustancias Químicas), pretende invertir esta tendencia, basada en un modelo normativo deficiente. Entre otras razones, por la falta de información sobre los riesgos para la salud y el medio ambiente de la casi totalidad de las sustancias químicas existentes en el mercado. Tanto es así que, de las 2.600 sustancias que se comercializan en grandes cantidades en la UE (más de 1.000 Tm/año), sólo el 3% ha sido caracterizada plenamente. No existe información fiable sobre los efectos a largo plazo del 70% de las mismas y de efectos agudos del 15%. La capacidad de causar cáncer sólo ha sido examinada en el 10% de estas sustancias y sobre el resto, es decir las otras 98.000 sustancias que se comercializan en volúmenes menores, existe aún menos información.

ENFERMEDADES LABORALES

La presencia de sustancias químicas en el puesto de trabajo es habitual en prácticamente todos los sectores de la industria y servicios: colas, pinturas, desengrasantes, tintes, disolventes, desinfectantes, fármacos, plaguicidas, pesticidas...

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Muchas de estas sustancias que se utilizan en el lugar de trabajo están caracterizadas como peligrosas para la salud y el medio ambiente. Enfermedades como cáncer, afecciones al sistema nervioso, al inmunológico, al reproductivo, la disrupción hormonal, problemas respiratorios, dérmicos...Todos ellos están asociados a la exposición de sustancias químicas. Por ejemplo, el contacto con siocianatos (recubrimiento pulverizado de vehículos) puede producir rinitis alérgica o incluso asma; el cromato de zinc puede afectar a la piel, pulmones o estómago, con la posibilidad de que aparezca un cáncer; y el contacto con el mercurio puede producir desórdenes en el sistema nervioso central.

De ahí que la prevención en origen comience en la empresa. La eliminación de los riesgos en los lugares de trabajo conllevará, además, la prevención del riesgo para ciudadanos, usuarios y consumidores, y para el medio ambiente.

REACH, UN PASO ADELANTE PERO AÚN INSUFICIENTE

La propuesta de normativa REACH ofrece un nuevo escenario que resitúa las responsabilidades, los derechos y los objetivos con unas reglas más justas y efectivas. En este sentido, REACH representa una nueva oportunidad para ordenar el mundo de las sustancias químicas. Pero, a pesar de sus aspectos positivos, la futura norma también tiene sus puntos flacos. El actual borrador ha rebajado sus ambiciosos objetivos iniciales como consecuencia de las fuertes presiones de la industria química europea. Por ejemplo, se ha reducido el número de sustancias que deberán ser evaluadas en profundidad para conocer sus riesgos. El REACH ha introducido una serie de obstáculos burocráticos para acceder a la información sobre los riesgos de las sustancias químicas para la salud y el medio ambiente. Tampoco estimula la innovación de nuevas sustancias verdes y sostenibles a través de la exigencia de sustitución de las sustancias más indeseables. Por otro lado, las sustancias intermedias y los polímeros no se someten a los mismos criterios de registro, evaluación y autorización que el resto de sustancias. Sin embargo, la exposición laboral a estas sustancias es inevitable en muchos casos, por lo que debe existir una información suficiente que permita la adecuada prevención de riesgos laborales.

Javier Morales, CC.OO.
Estefanía Blount, ISTAS

Más información:

ISTAS
C/ General Cabrera, 21
28020 Madrid
Tel. 91 449 10 40
Se puede acceder al informe completo en la web de ISTAS:
www.istas.ccoo.es

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