Se produce un nuevo accidente industrial con cloro.

El accidente ocurrido el 13 de enero en los laboratorios ALTER de la empresa AGRY (Madrid) ha puesto en evidencia nuevamente la existencia de numerosas industrias que usan o almacenan sustancias peligrosas pero que no están sometidas a ninguna legislación de prevención y protección ciudadana, y que no sólo suponen un riesgo para los trabajadores/as dentro de la planta, sino que representan un riesgo continuo para la población.

La USMR de CC.OO. ha denunciado la dejación de la empresa AGRY al responsabilizar del accidente a los trabajadores y su falta de previsión en sus comunicaciones con las autoridadesEn esta ocasión, se produjo un escape de ácido clorhídrico y de trimetilamina, que formó una densa nube química de casi un kilómetro de extensión, que cubrió la colonia de Valdebebas (Fuencarral) y parte de la Nacional I. El incidente causó el desalojo de la población, más de 60 personas tuvieron que recibir asistencia médica, y el corte de la carretera nacional, así como sus accesos en la M-30 y M-40. Hasta esa fecha se habían producido al menos 9 accidentes relacionados con cloro (incluido el de los laboratorios ALTER) en un período de 13 meses, que han tenido un balance de al menos 151 personas afectadas.

Según la empresa, el accidente en ALTER se produjo por el «descuido» de un operario que se olvidó de cerrar una válvula. La consecuencia fue la caída y rotura de una torre de lavado de gases. Un total de 500 litros de ácido clorhídrico y de 500 kilos de trimetilamina entraron en contacto con la atmósfera creando la nube química mencionada anteriormente. Sin embargo, los accidentes de este tipo nunca se pueden achacar al azar ni al fallo humano, puesto que la obligatoriedad de contar con un plan de prevención adecuado debe incluir la existencia de medidas técnicas y de control periódicos para no descargar su eficacia en la falta de atención o en posibles distracciones de los trabajadores/as, asegurando su garantía e incluso ante eventuales fallos humanos. Precisamente, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales establece en su artículo 15.4 que «la efectividad de las medidas preventivas deberá prever las distracciones o imprudencias no temerarias del trabajador».

Al peligro que el escape en sí produjo, se le añadió la lentitud en la reacción por parte de la empresa, puesto que existió una tardanza injustificable en comunicar el accidente a las autoridades y, a su vez, se pusieron de manifiesto las deficientes condiciones en que trabajan los servicios de emergencia públicos que no contaban con suficientes equipos de protección frente a nubes tóxicas.

Los riesgos para los trabajadores/as y para la población como resultado de este accidente fueron por exposición a sustancias corrosivas. Por un lado, el ácido clorhídrico puede causar afecciones cutáneas, a las mucosas y vías respiratorias y digestivas, aumentando su gravedad según aumenta su concentración. La trimetilamina, por su lado, es un producto corrosivo para los ojos, la piel y el tracto respiratorio, tanto por ingestión como por inhalación, pudiendo incluso originarse un edema pulmonar por exposición a través de esta última vía.

La Unión Sindical de Madrid Región (USMR) de CC.OO. ha denunciado la dejación de la empresa AGRY al responsabilizar del accidente a los trabajadores y su falta de previsión en sus comunicaciones con las autoridades. La USMR ha denunciado los hechos ante el fiscal de medio ambiente del Tribunal Superior de Justicia, para que abra diligencia por delito ecológico y se dirigió en aquel momento al presidente de la Comunidad de Madrid para que convocara con carácter de urgencia el Consejo Asesor de Medio Ambiente. La Comunidad de Madrid, por su parte, no ha dado aún ninguna contestación a esta petición.

Los accidentes industriales de esta envergadura resaltan la escasa capacidad para controlar los posibles riesgos del transporte y de los sistemas de producción basados en el uso de sustancias peligrosas, y particularmente de aquellas actividades relacionadas con el cloro, dada la frecuencia de accidentes relacionados con este producto, por lo que tenemos que destacar la importancia que tienen las políticas preventivas para garantizar la protección del medio ambiente, de los trabajadores y trabajadoras y de la población en general. Las políticas empresariales y administrativas, lamentablemente en la mayoría de los casos, siguen orientándose hacia medidas de final de tubería en lugar de hacia una producción limpia.

Más información:
Guillermina Peragón
Dpto. Medio Ambiente. USMR
C/ Lope de Vega, 38. 28014 Madrid
Tel.: (91) 536 52 11.
Fax: (91) 536 52 18

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