Coto a los disolventes peligrosos

Han pasado ocho años desde que en CCOO de Madrid comenzamos los trabajos sobre exposición laboral a agentes cancerígenos y mutágenos, iniciando una línea de actuación encaminada a descubrir los efectos que para la salud y la vida de los trabajadores tienen las sustancias químicas. Continuamos con la campaña de prevención y control de la exposición laboral a productos químicos y en la actualidad con la de exposición laboral a disolventes.

En CCOO de Madrid elaboramos un estudio sobre exposición laboral a productos químicos en la Comunidad de Madrid y observamos que cinco de los seis productos más utilizados son disolventes.
Los disolventes son uno de los grupos de productos químicos industriales de mayor uso en el ámbito laboral ya sea como agentes desengrasantes, como sustancias intermedias de síntesis orgánica o para la fabricación de otros productos como pinturas, lacas, colas, etc. Algunos disolventes contienen compuestos orgánicos volátiles (COV), sustancias muy volátiles, inflamables y con una elevada capacidad de disolverse en grasas, por lo que el riesgo de exposición laboral durante su utilización es muy elevado.
Los efectos sobre la salud de los disolventes son muy variados: cancerígenos, mutágenos, tóxicos para la reproducción, disruptores endocrinos, neurotóxicos, sensibilizantes, persistentes y bioacumulativos.
Prevenir
La necesidad de prevenir y controlar los productos disolventes peligrosos es evidente. En primer lugar, surge de su uso generalizado en prácticamente todas las industrias y actividades económicas; en segundo lugar, de los importantes daños para la salud que provocan; y, en tercer lugar, de la propia legislación vigente que establece de forma inequívoca las obligaciones de los empresarios y los derechos de los trabajadores en relación a todos los riesgos a los que están expuestos.
Por estos motivos, durante los años 2007 y 2008 llevamos a cabo un proyecto de prevención y control de sustancias disolventes peligrosas, puesto en marcha conjuntamente por los gabinetes de Salud Laboral de CCOO de Madrid, País Valenciano, Cataluña, Cantabria, y Aragón y coordinado por ISTAS.
Con los objetivos de impulsar la prevención y el control de la exposición a las sustancias disolventes más peligrosas utilizadas en el ámbito laboral de las empresas de la Comunidad de Madrid, desde la Secretaría de Salud Laboral de CCOO de Madrid se han realizado numerosas actuaciones en empresas mediante actividades de identificación, información a trabajadores y empresarios y propuesta de alternativas de eliminación y sustitución o de otras medidas de control de la exposición con la participación de los trabajadores y de sus representantes.
De entre las actuaciones realizadas, cabe reseñar la llevada a cabo en una empresa dedicada a la venta y reparación de vehículos, donde tras la intervención realizada por los técnicos de la Secretaría de Salud Laboral se ha conseguido la eliminación y/o sustitución de cinco de los productos utilizados en las secciones de taller y de chapa y pintura.
La primera toma de contacto fue la presentación del proyecto a los delegados de Prevención de la empresa. En esta reunión se revisaron las fichas de seguridad de los productos químicos utilizados en la misma y que estaban en poder de los delegados. Dada la antigüedad de muchas de ellas, la primera actuación fue solicitar a la empresa que se les facilitara a los representantes de los trabajadores una relación de productos químicos por puestos de trabajo y que las fichas de seguridad estuvieran actualizadas.
Una vez conseguida esta documentación se procedió a su revisión, y este fue el primer paso para ir seleccionando aquellos productos en los que se centraría la actuación a desarrollar en la empresa.
En un alto porcentaje de productos, nos encontramos con la presencia de naftas en su composición. Dada la particularidad de esta sustancia y que depende de la concentración de benceno en la misma para su clasificación o no como cancerígeno (R45) -aspecto éste que no se reflejaba en casi ninguna de las fichas de seguridad de las que se disponía en la empresa-, se requirió a la empresa a que se pusiera en contacto con los suministradores de estos productos para que les facilitara una nueva ficha de seguridad en la que se especificara la cantidad de benceno presente en la composición y, de esta manera, tener certeza de la correcta clasificación del producto.
Uno de los lugares donde este problema se focalizaba era en la sección de chapa y pintura. Se utilizaban una serie de productos (cuatro) para el acabado, abrillantado y pulido de las carrocerías. En las ficha de seguridad de todos se especificaba la presencia de naftas y de destilados ligeros de petróleo.
Los delegados de Prevención solicitaron a la dirección del centro poder realizar una visita a las instalaciones, acompañados con los técnicos de CCOO de Madrid, con el fin de ver in situ el proceso concreto donde se utilizaban los productos seleccionados. Esta visita se realizó con la presencia del técnico en prevención asignado por el servicio de prevención contratado por la empresa, y durante la misma se detectó la presencia y uso de una silicona en cuyo etiquetado se encontraba la frase R40 (posibles efectos cancerígenos). El técnico no tenía constancia de que esta silicona se estuviera utilizando en la empresa y los delegados tampoco disponían de la ficha de seguridad de la misma.
Tras estas actuaciones, y en una reunión del comité de seguridad y salud, los delegados de Prevención consiguieron acordar con la dirección de la empresa la sustitución -dada su alta toxicidad y los posibles efectos cancerígenos- de los productos utilizados para el acabado, abrillantado y pulido de la sección de chapa y pintura, y también de la silicona detectada en la visita.
A pesar de que el proyecto acabó a finales del año 2008, las actuaciones comenzadas siguen dando sus frutos, debido en gran medida a los conocimientos adquiridos por los delegados y a su alta implicación durante el desarrollo del mismo. De esta manera, en esta empresa se ha realizado recientemente una revisión de la evaluación de riesgos, y en ella ha quedado plasmada la presencia de un producto catalogado como R 45 (puede causar cáncer). La maquinaria para lograr la eliminación o sustitución del mismo ya se ha puesto en marcha, aunque aquí nos encontramos con un nuevo problema, y es la homologación por parte de la empresa matriz de este producto, dándole como único válido para el proceso en el que se usa.
Alberto Martín Barreno
Técnico de Prevención de Riesgos Laborales de CCOO de Madrid

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